Director de la Dian, Santiago Rojas | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Marzo de 2018

Definitivamente Colombia históricamente tiene una arraigada tendencia hacia la derecha, aun cuando la izquierda ha crecido significativamente, mucha gente que simpatiza con esas ideas y le brinda su respaldo. Pero paradójicamente los simpatizantes del socialismo son en la realidad más derechistas que los derechistas. Por ejemplo, los liberales tradicionales son más latifundistas y capitalistas que aun los mismos conservadores.

Pues una cosa es el discurso mamerto de favorecimiento a los más pobres y despotricando de la oligarquía y la plutocracia como lo hacía Gaitán y lo hace Petro, mientras otra es vivir en enormes mansiones, tener fincas, automóviles, cuentas en el exterior, usar finísimos zapatos de marca, costosísimos trajes de paños ingleses, corbatas de moda, llegar a los mejores hoteles, comer en los mas finos restaurante y luego rasgarse las vestiduras a favor de los menesterosos con quienes no comen ni comparten pero si buscan sus votos.

Ese es el panorama real de la izquierda colombiana que siempre ha procedido de esa manera, razón por la cual el sentido socialdemócrata aquí no ha podido progresar como en otros países y más aun ahora que se está tratando de reciclar el modelo socialista soviético y cubano, pero por las vías electorales mezclado con el populismo chavista de ofrecer y ofrecer a cambio de nada, estrangulando el aparato productivo empresarial que sostiene la economía del país.

Ahora bien, la derecha propende por la libertad de empresa, la libre producción, la competencia y el beneficio del capital, desde luego con controles para que no desborde y asfixie la inversión social y ayuda a los más desfavorecidos pero sin asistencialismo, más bien con incentivos, capacitación, fortalecimiento y resultados. Es decir, el viejo axioma “no regales el pescado, enseña a pescar”.

Entonces, en las pasadas elecciones de consulta vimos que la derecha obtuvo casi 6 millones de votos, mientras la izquierda solo alcanzó unos 3.2 millones, o sea la dobló. ¿Qué indica aquello? Un país de derecha, un país que cree en la democracia, que cree en la política y en los partidos aun la fatiga, el desprestigio y la corrupción, un país que se resiste a aventuras absurdas, como no lo hizo Venezuela que hoy lloran su suerte, pues resultó peor el remedio que la enfermedad. Esos miles de jóvenes venezolanos que hoy limpian vidrios en los semáforos de nuestras ciudades, que venden dulces en las calles y buses, chicas que ofrecen sus cuerpos por unos pesos, la gran mayoría son profesionales que votaron por Chávez y Maduro, hoy lloran su tremendo error.

Eso no va a pasar en Colombia, la lección se aprendió en cuerpo ajeno y aun aquellos que promueven ese modelo van a quedar rezagados porque la derecha va a triunfar en las elecciones del 27 de mayo próximo. Ojalá se gane en primera vuelta con un candidato joven y sano, moderno y bien preparado como Iván Duque.

No olvidemos así no lo queramos entender: ¡Colombia es un país de derecha, tradición desde la republica!

arangodiego@hotmail.com