Ha muerto un gran hombre. Enrique Gómez Hurtado falleció el sábado 13 de julio en Cartagena de Indias, a los 92 años. Protagonista indiscutible del siglo XX, abogado, economista, Senador de la República, Embajador, profesor, periodista, escritor, empresario. Un conservador de verdad, íntegro, coherente, lucido. La defensa de sus principios era inquebrantable, aun a costa de persecuciones y derrotas electorales. Para Don Enrique siempre fue más importante la política que las elecciones. Para él la política se trataba de principios, de posiciones, hacía pensar al país, decia cosas importantes, muchas veces impopulares, pero necesarias.
Don Enrique era un humanista, participó activamente en la fundación de la Universidad Sergio Arboleda, siempre se ocupó por despertar el interés de los jóvenes en la política, de formar con valores a las nuevas generaciones. Apelaba constantemente a la necesidad de llamar a la “sensatez”, de actuar con grandeza. Era agudo, directo, con un fino sentido del humor, entendía mejor que nadie la realidad nacional y sus posiciones siguen cobrando vigencia. Fue visionario, se atrevió a proponer la despenalización de las drogas, insistía en la necesidad de promover y conservar los factores para el desarrollo.
A muchos “Alvaristas” les he oído decir que Álvaro Gómez solo fue posible gracias a Enrique. Era quien gerenciaba las campañas, el que manejaba El Siglo, Italgraf, el gestor de Salvación Nacional. Su papel en la segunda mitad del siglo XX fue determinante, testigo de excepción de la creación del Frente Nacional, enfrentó con valentía la dictadura de Rojas, denunció sin ambages la relación entre la política y el narcotráfico, -la misma que asesinó a su hermano-, luchó de frente contra “el régimen” y combatió la cooptación del Estado a manos de mafias que solo buscaban beneficios particulares. Don Enrique siempre hizo política, en su más noble sentido, pero nunca estuvo en el poder. Para él la política era lo importante.
Era un conservador integral, en sus ideas, en su forma de vivir, en la manera de entender el mundo. Tuve la gran fortuna de conocerlo, de aprender de él, de recibir su consejo. No hablaba mucho, pero lo que decía iluminaba. Nos hará mucha falta, hombres como él le hacen falta a la dirigencia nacional, como diría Francisco Flórez, “se nos fue el último político del Siglo XX”, anotando una fatal coincidencia: “El 13 de julio fue una fecha llena de muerte en la vida de Enrique Gómez Hurtado. Ese día, una tarde de 1953, el dictador Gustavo Rojas Pinilla le dijo que lo iba a fusilar, mientras espetaba insultos contra él y su familia. Ese día también murió su mentor y padre; Laureano Gómez, en 1965. Y en esa misma fecha, una mañana del año 2019, Enrique falleció en Cartagena.”. Gracias Don Enrique, lo vamos a extrañar.
“Ser demócrata no debe implicar estar dispuesto a transarlo todo, a mediatizar el pensamiento, o a unirse con cualquiera para obtener ventajas momentáneas de poder. Solo se requiere estar dispuesto a aceptar una derrota y a reiniciar, al día siguiente, la tarea de defensa de las propias ideas.”.
“La liberad sirve para que el hombre se manifieste en toda su grandeza, y no de pretexto para estimular sus bajos instintos y su degradación.”
“Nuestro deber es impedir que la sociedad caiga en manos de teguas y milagreros para que la destrocen y tengamos luego que principiar desde la nada”.
“No es el cambio lo que se desea sino el progreso y este no ha sido nunca el producto de las turbulencias revolucionarias sino del sereno funcionamiento de las instituciones sabias dirigidas por hombres prudentes”.
“Los grandes progresos intelectuales, sociales, económicos y políticos no fueron producto de la turbulencia, sino de la continuidad y del orden”.