Duque tiene las horas contadas, mientras propios y extraños se preguntan, como en las ferias de pueblo: ¿dónde está la bolita?, porque fueron cuatro años de confusión para un país que quería progreso, equidad, empleo, sin polarización, sin odio y en paz.
Se esperaba que la juventud del mandatario lo llevaran a un buen gobierno, nuevo, justo y progresista, en el que vibraran las premisas que lo impulsaran a ejercer el poder sin entes de control de bolsillo, con independencia de poderes, plena democracia, sin corrupción, ni exageradas dependencias de quienes lo eligieron.
Los culpables seguirán deleitándose con las mieles del poder, mientras el núbil mandatario recibe reproches, de quienes lo acusan de ser el único culpable del resquebrajamiento del Centro Democrático. Tuvo aciertos que deberían disculpar sus malos ratos y sus “primiparadas”. La historia será su juez.
A partir del domingo, esta sufrida Colombia iniciará la marcha buscando la anhelada recuperación para los millones que a los que no asustaron “la cláusula Petro”, las expropiaciones, la dictadura, la desesperanza y el odio.
El empalme ha dejado serias dudas que obligan a mantener prendidas las alarmas y el freno de emergencia, antes de que la nave se estrelle y “mueran Sansón y los filisteos”. La olla quedó raspada y son innumerables los frentes que hay que atender al mismo tiempo, porque este país y sus gentes, aspiran a disfrutar el “cambio”, por el que votaron en las últimas elecciones.
Petro, con un valioso, experimentado y seguro equipo, muestran que ya están trabajando para superar todos los desbarajustes, y alcanzar en el menor tiempo las soluciones a los problemas y falencias que soporta la población colombiana: la inflación, la corrupción, las arcas vacías, la regla fiscal sin estrenar, el narcotráfico sin límite, las grandes extensiones de tierras sin explotar, el paramilitarismo, las disidencias y guerrilla pujantes, el desempleo, hambre, DDHH sin respetar, asesinatos de soldados, policías y líderes sociales, etc, etc.
Uno de los prioritarios objetivos, aparte de todo lo anterior es el restablecimiento de las relaciones con Venezuela. Si procedemos a darnos la mano con ese régimen, lograremos restablecer un comercio legal y abundante que aliviaría la economía de nuestra más larga frontera, al tiempo obligaría el pago de la deuda que ese país tiene con los exportadores colombianos, como lo planteó Ricardo Lozano, último de nuestros embajadores.
También se solucionaría la situación de los migrantes colombianos y venezolanos, que tantos problemas tienen que soportar en ambas naciones.
Las horas están contadas para que nuestra nación entre por los caminos de la paz total, con pujanza y plena voluntad de un pueblo y un gobierno, que saben dónde está la bolita. Nuestra plena democracia, con ética, energía y eficacia, derrotarán la corrupción, la injusticia, la inequidad y todas las lacras que han impedido que seamos felices, libres y progresistas con futuro.
BLANCO: Llevar el informe de la Comisión de la verdad a escuelas y colegios, como lo propone el ministro Gaviria.
NEGRO: ¿Por qué se esconde el descubrimiento del yacimiento de gas Uchuva?