Si, esa es la pregunta que nos estamos haciendo la mayoría de los ciudadanos, porque nos sentimos en el peor de los mundos. Son muchas las circunstancias y situaciones adversas a la sociedad que nos están asediando, nunca el país se vio en tan lamentable situación y se hace necesario un alto en el camino para fijar una estrategia y un rumbo donde todos juguemos en el mismo equipo, deponiendo intereses personales, rencores, odios y diferencias de cualquier índole, porque de lo contrario vamos por el camino equivocado y podemos volvernos un país inviable.
No es posible que las autoridades municipales reciban amenazas contra su integridad, sin el mínimo asomo de reflexión de parte intimidatoria, sino por el contrario como sucede en la Capital del país, vengan esos avisos de grupos identificados como revoltosos, vándalos y salvajes, demostrando con ello que se le salieron de contextos a los organizadores de estas pandillas, dejando a la deriva lo que fueron en su momento protestas ciudadanas pacíficas. Lo que hoy estamos viviendo en algunas capitales es un caos sin dirección ni orientación, dedicados al bandidaje y pillaje de toda índole. La amenaza no permea solo a las personas, recae en las instituciones y toda una administración.
Punto especial y salido de toda lógica es el atentado contra el Señor Presidente. Si la reflexión anterior es preocupante, ni se diga este tema, donde las organizaciones terroristas demuestran su intención de vulnerar nuestra democracia. El atentado fue contra el Estado y, por fortuna, el país entero se ha pronunciado repudiando este acto. Ya lo dijo el Presidente no vamos a claudicar y así será, pero urge convocar la unidad patria; no podemos equivocarnos, aquí es la nación por encima de toda consideración. Se engañan quienes piensan que atentando contra las estructuras pueden desestabilizar el país, por el contrario, nos fijaron el camino para enfrentarlos. Hoy todo colombiano debe estar al lado de la institucionalidad, para saber dónde estamos y a qué jugamos.
A las antepuestas consideraciones debemos sumar la pandemia que nos acorrala desde todo punto de vista: los recursos médicos escasean, los medios al servicio de la salud no colman las expectativas, ya no hay familia que no llore la pérdida de un ser querido y el compromiso de autocuidado está bajando de nivel porque hemos olvidado ciertas recomendaciones entre ellas la distancia, muy, pero muy difícil de observar. Ahora la economía no da respiro en todo el ámbito nacional, golpeada por los bloqueos viales venidos de organizaciones que no calculan las consecuencias de sus actos. Estos reparos nos conducen a la unidad nacional para encarar las problemáticas, sacar el país adelante y luego establecer una estrategia hacia esa Colombia con futuro promisorio.