Edmundo López Gómez | El Nuevo Siglo
Viernes, 22 de Mayo de 2015

TOMANDO NOTA

Nuevo aire para la paz

UN  buen aporte  al proceso de paz fue el nombramiento del doctor Luis Carlos Villegas como  ministro de Defensa. Porque seguramente  se cambiará el enfoque del ministro saliente, para quien las negociaciones de paz se estaban adelantando con un grupo terrorista, como tantas  veces llamó  al grupo insurgente, el cual, sin embargo, ha venido compartiendo  manteles con el Gobierno en La Habana  

Y no será asunto de poca monta ese cambio de criterio, en cuanto  a las  concesiones que deberán hacerse para firmar la paz. Hablar  de la representación política que podría otorgárseles a las Farc, una vez depongan y entreguen  las armas,  sería  un imposible moral si  realmente se estuviese negociando con terroristas, y, mucho más complicado aún sería que a un grupo con dicho perfil se le aplicaran  medidas de justicia transicional como las que se han venido anunciando, para justificarlas, incluso, ante la Corte Penal Internacional.

Sin una sana pedagogía para la paz, no será posible que el pueblo colombiano entienda los  beneficios que traería ponerle punto final a la guerra. Dentro de esa perspectiva, el lenguaje de quienes  representan al Estado, debe ser persuasivo y edificante. Y las acciones de las partes en conflicto, mientras se negocia la paz, enmarcadas total y no fragmentariamente, dentro de los principios y normas del Derecho Internacional Humanitario. Porque se equivocan quienes creen que el proceso de paz pueda tener futuro si se sigue negociando dentro de una  guerra sucia.

Nos llamó la atención, que en la Mesa Redonda donde participaron Antonio Caballero -nuestro gran comentarista-, Pablo Catatatumbo  Iván Márquez, -divulgada por Canal Capital de la  TV-, en la cual se plantearon inquietudes serias para poder salir del conflicto, no se hablara, sin embargo, de la necesidad de humanizar la guerra mientras se llega a firmar la paz, tanto más cuanto, según las cuentas de los personajes guerrilleros, la guerra podría prolongarse más allá del gobierno del presidente Santos; prolongación no exenta de riesgos, como se los advirtiera Caballero, quien les hizo la  advertencia juiciosa de que el próximo Presidente de la República no los trataría mejor que  Santos.

Con todo, la condición de humanizar la guerra no será posible sin  que la cúpula militar legítima no la asuma también  a plenitud, pues limitar esa exigencia solo a los alzados en armas no tendría una explicación racional. Un  acuerdo en La Habana, en ese sentido, avalado por el general Mora, quien representa a nuestras Fuerzas Militares, le cambiaría la cara al proceso de paz. Para acreditarlo ante los colombianos,  hoy mayoritariamente escépticos.

El nuevo ministro Luis Carlos Villegas, cuya exitosa trayectoria pública hemos seguido  por más de 30 años,  podría lograr,  si se lo propone, que por el camino de la humanización del conflicto y durante este gobierno, se cierre el capítulo más violento y largo de nuestra historia. ¡Hermosa misión!

edmundolopezg@hotmail.com