EDUARDO VARGAS MONTENEGRO | El Nuevo Siglo
Domingo, 13 de Octubre de 2013

Consigo mismo

 

La  soledad ha sido cantada y contada muchas veces. Por lo general la relación que establecemos con la soledad es desde la tristeza y el dolor; estar solos no suele ser una opción sana, algo que elijamos voluntariamente para estar con nosotros mismos, sino más bien es una situación que aparece cuando las elecciones han sido tomadas por otros que deciden irse o que mueren. La soledad en muchas personas puede darse en forma no sana, pues está motivada por el miedo a compartirse, a entregarse, la idea loca de que si se mezclan con otros se van a perder.

Estar solos puede ser una elección saludable.  Claro, en cuanto estamos solos empieza la voz interior a hablar duro, y como a lo mejor no estamos acostumbrados, nos podemos ir chiflando de a pocos con el ronroneo de la mente.  Pero una vez se va acallando la cabeza, podemos empezar a descubrir todos los mundos posibles que tenemos en nuestro interior. Comenzamos a reconocer que el amor está dentro de nosotros mismos y que, antes que buscarlo afuera, nuestra obligación existencial es encontrarlo adentro, hacer contacto con esa fuente inagotable de vida que libera y transforma.

Muchas personas se privan de hacer lo que les gusta porque no encuentran compañía para hacerlo. Les encanta el cine o el teatro, pero no van solas porque temen hacer el ridículo; les gusta viajar, pero no lo hacen si no van acompañadas… La compañía es grata y necesaria, sin embargo, no puede volverse una condición indispensable para vivir la vida. Será mejor cuando nos acompañemos a nosotros mismos.

Si recordamos que más que dependientes o independientes somos interdependientes, podremos ir construyendo márgenes de libertad vital para avanzar por el camino. Dado que la vida es ante todo una experiencia individual, el sabernos interdependientes nos plantea que si bien somos seres con vocación para compartir y construir redes de afecto, la relación fundamental es con nosotros mismos.  La soledad nos permite tener espacios y momentos de conexión interior, que nos posibilitan vivir más plenamente, desde la propia consciencia.

Hoy le invito a que pase unos ratos en soledad, a que ella sea una elección consciente y sana. A algunas personas se les va a facilitar más que a otras, pero para todas es una puerta que se abre al mundo interior. Permítase hoy disfrutar de la vida en su propia compañía, en una buena caminata, una deliciosa comida o lo que usted prefiera. Créese la oportunidad para estar más tiempo con usted, conectado con su propia interioridad, viviendo su vida primero para y por sí mismo. Las relaciones con los otros mejoran, y mucho, cuando la pasamos bien con nosotros mismos.

@edoxvargas