Durante el último mandato del Frente Nacional y las dos presidencias liberales que le siguieron, la educación en Colombia fue motivo de transformaciones, en un período denominado de "expansión educativa", hasta llegar a la propuesta de renovación curricular en la década de los 80.
Al incorporarse la planeación en materia constitucional en 1968, también se tuvo en cuenta el pensamiento de Lauchlin Currie en la construcción del denominado Plan “Las Cuatro Estrategias” de Misael Pastrana Borrero, al establecerse allí que “El propósito de la sociedad organizada, en los términos más sencillos, es el bienestar de los individuos que forman parte de la misma”, pero, aun cuando los cuatro aspectos se basaban en la construcción, las exportaciones, la productividad agraria y, una mejor distribución, en un sistema de impuestos progresivo y una política de gasto público concentrada en la educación, la salud y la recreación, todas las cuatro identificadas como causas del subdesarrollo”.
Durante ese mandato un joven ministro de educación nacional transformó el concepto de una educación pública más moderna. Se trató de Luis Carlos Galán, quien en el mandato presidencial anterior ya había tenido la oportunidad de trabajar con Carlos Lleras Restrepo y su ministro de educación Octavio Arismendi Posada en la relación y, consolidación durante la década de los 70s del siglo pasado, de los Institutos de Enseñanza Media Diversificada INEM, los Centros Administrativos de Servicios Docentes CASD, el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares ICCE, el surgimiento del Servicio Nacional de Pruebas del Icfes, los Institutos Técnicos Agrícolas ITA, el Centro Nacional de Perfeccionamiento Educativo Cenaper, y, la consolidación del Icetex, entre otros, marcaron el inicio de una nueva era en materia de financiación, control y desarrollo educativo.
En el mandato de Pastrana, la política educativa nacional estuvo influenciada por las conclusiones de la reunión de presidentes realizada en 1967 en Punta del Este, Uruguay, que buscaba darle tres impulsos a la educación: la eficacia de las políticas nacionales sobre educación, en lo referente a la asistencia técnica para la investigación educativa, capacitación docente y administrativos, armonización de programas de estudio, la televisión educativa (a través de la Cadena Tres y el apoyo de la Fundación Ford); la adecuación de los sistemas educativos al proceso global de desarrollo, y la cooperación internacional. Por otro lado, recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), con sus programas de la Unesco y Prede, respectivamente, al igual que otras herencias norteamericanas de la Alianza para el Progreso y subregional del convenio Andrés Bello, orientaron la educación en este período.
Ahora, el cuestionamiento, ante el inicio de una nueva administración ejecutiva y la designación de un ministro que viene de ejercer la rectoría de una universidad, es si las Facultades de Educación están graduando la suficiente cantidad de personas con verdadera vocación para la investigación y la docencia en el nivel superior.
El presidente Petro contempla llegar a una educación superior municipal, pública, gratuita y universal, pero debe, tanto él, como el ministro, asegurar que en las nuevas instituciones de educación superior haya con profesores con verdadera vocación.