Nos encontramos, pareciera ser, al final de una pandemia, que nos ha obligado a tener nuevos paradigmas didácticos en materia de educación, dentro de los cuales hay que liberar el potencial transformador de las instituciones, los docentes, los estudiantes y los administrativos, marcados por una nueva forma de liderazgo, de emprendimiento y de innovación, que buscan, ahora con la presencialidad, que la educación sea nuevamente una vivencia memorable.
El doctor Otto von Feigenblatt, catedrático de Keiser University, acaba de presentar en Bogotá, dentro del Simposio Internacional de Educación organizado por la institución universitaria Colegios de Colombia -Unicoc- y la International Academy of Social Sciences – IASS, el libro “Aprendizaje personalizado y education maker”, el cual es un sistema basado en la premisa que se aprende mejor “haciendo” y que la educación debe tener como meta problemas prácticos.
El maker surgió dentro del seno de la Cuarta Revolución industrial como un juego experimental que consiste en desarmar las cosas y, tratar de hacer con ellas otras que tal vez ni siquiera el inventor pensó, propiciando así el desarrollo de proyectos transversales y trabajo colaborativo para potenciar diversas capacidades y habilidades que se encuentran en el aula, facilitando igualmente la inclusión y la convivencia dentro del marco de la tolerancia y el respeto.
Ese método también requiere el desarrollo de habilidades digitales que abarquen las diferentes categorías del ciclo de vida del conocimiento: capturar, describir, organizar, enviar, reorganizar y crear, donde el valor agregado está apoyado en las nuevas tecnologías de la comunicación e información, la inteligencia artificial, la Big Data, el internet, etc., que nos hacen muchas veces suponer que no hay que dar más explicaciones pues los estudiantes, al parecer son nativos digitales.
Sin embargo, el profesor Olympo Morales Benítez, en otro reciente estudio sobre la educación como pedagogía de mediación y orientación, ha dicho que el nativo digital no existe. Y, que lo que existe sí, es “un estudiante habitante del mundo digital al cual el docente/profesor tiene que intentar liberar del algoritmo que lo atrapa y lo vuelve prisionero de lo que suministran en doble vía las redes sociales como consecuencia de sus búsquedas, lo que le dificulta desarrollar y ejercer el pensamiento crítico.
Pero, sin lugar a duda, la desarticulación entre niveles de formación, el deterioro del compromiso docente, el exceso de trabajo y las reuniones extensas y a veces improductivas, la saturación de la oferta educativa, la morosidad en el pago de matrículas con la crisis económica y social y, particularmente las causas de disminución demográfica hacen parte de las amenazas del sector educativo, que también tiene claras oportunidades en el proceso del Life long learning a través de la vinculación de sus egresados a los diferentes eventos y cursos de formación que les permita tener ese vínculo que les dejó su paso por una IES, ya que se está matriculado por ocho o diez semestres, pero se es egresado o graduado para toda la vida, un título, un sello que hace parte de los atributos de la personalidad.