Históricamente el Ejército Nacional ha sido orgullo de la Patria, insignes hombres le han dado brillo institucional.
Desafortunadamente en este siglo XXI llegó el virus de la corrupción, de los violadores criminales, que han atropellado los valores éticos, estructura sustancial de la institución.
A pesar de ello, las Fuerzas Militares se mantendrán incólumes, tantos siglos de lucha patriótica no podrán ser desbordados hacia el cataclismo.
Vienen a la memoria hombres de honor que han pertenecido al Ejército Nacional, cuyo pensamiento y hazañas deberían ser observados para impedir que las Fuerzas Armadas sean manchadas con el sino trágico de bandidos que se han enquistado en sus filas fraudulentamente.
El Ejército Nacional en sus inicios conto con la creación del Batallón “Voluntarios de Guardia Nacional” en 1810, con Antonio Baraya como su primer comandante. De esas filas surgirían otros próceres independentistas como Francisco de Paula Santander, Atanasio Girardot, Hermógenes Maza.
El enfrentamiento armado entre las tropas patriotas de Cundinamarca al mando del general Antonio Nariño, y las tropas realistas asentadas en Popayán, comandadas por Juan de Sámano, terminó con la victoria de las tropas patriotas en la batalla de Palacé en 1813.
Con el proceso de la reconquista se inicia la campaña libertadora, al mando de Simón Bolívar y de Francisco de Paula Santander, reconquista que culmina con la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, logrando la independencia de la Nueva Granada, iniciando así la formación de la Gran Colombia.
Ya en este siglo el General Manuel José Bonnet, comandante del Ejército Nacional entre diciembre de 1996 y julio de 1997, distinguido intelectual, filósofo, profesor universitario, embajador de Colombia en Grecia, advertía que se debía tener en cuenta el desarrollo de la construcción social, donde la filosofía jugara un papel importante en la reflexión, apreciación crítica y la relativización de la influencia de los intereses y de las emociones.
Agregaba que la construcción social requiere armonización y predominio de los intereses comunes y de los intereses de largo plazo, como por ejemplo los contenidos en el artículo II de la constitución nacional “Fines esenciales del Estado”.
Para el General Bonett solo faltaría un regulador que sería la moral, de esta manera ley, cultura y moral serán los grandes controladores de la construcción social.
Merece también un lugar en la historia el General José Joaquín Matallana, quien dirigió en los llanos orientales acciones contra los rebeldes liberales y conservadores durante la violencia, con óptimos resultados que le hicieron acreedor a la Orden de Boyacá.
El General Álvaro Valencia Tovar, militar, político, historiador, intelectual, fue un hombre que supo cosechar la vigencia para siempre la de apostarle a la Patria, ya fuese desde las filas o desde el retiro.
El Teniente Coronel Julio Londoño Paredes, diplomático, militar y académico, especialista en negociación de conflictos y de relaciones internacionales, fronteras, Representante de Colombia ante la OEA.
Así, el Ejército Nacional mantendrá las banderas en alto con hombres de honor, que pondrán siempre el pecho en defensa de las instituciones.