Barranquilla, “La arenosa”, “La puerta de oro de Colombia”, era el siglo pasado el gran polo de desarrollo y la entrada a Suramérica. Por allí llegaba la cultura, el progreso, el desarrollo, la riqueza, lo nuevo que aparecía en el mundo. Increíble, tenía los mejores servicios públicos que ciudad alguna pudiera mostrar. Sus habitantes eran los primeros en ver las películas que Hollywood entregaba al mundo, los lujosos autos que Detroit confeccionaba, Scadta fundó nuestra aviación, enclavó el primer puerto nacional de aguadulce de donde salían los evocadores barcos que surtían de cultura y riqueza al resto del país ¡Ajá! “La arenosa” era lo máximo.
Muchos factores, empezando por el centralismo, dudosos manejos, árbol al que se arrancaban las ramas, impidieron que se constituyera como la capital de Colombia, como el primer polo de desarrollo de una nación que aún vivía en esa paz estable y duradera, que hoy, a pesar de ciertos enemigos, estamos reconstruyendo.
A Barranquilla todos la quieren, todos la gozan, todos se sumergen en los mejores carnavales del mundo, en su música, en su cultura, en “La cueva”, en su Junior, en el recuerdo de pioneros, como Don Julio Mario, Estercita Forero, el “Nené” Cepeda, Obregón y tantos ilustres más.
Como todo no puede ser miel, la roya le ha caído, inmisericordemente la ha golpeado, pero como el “Ave Fénix”, suele superarse.
Resiste el desastre de unos servicios públicos devorados por la corrupción. Se encuentra hoy a media luz, pero su gente no se somete y se sobrepone para imprimirle y renovarle ese espíritu y ese ímpetu que la mantienen en la cima desde el siglo pasado.
Dios no ha olvidado a “La arenosa”, y la provisionó con Gorgon1 y Purple Angel1, que le recuperarán la jerarquía, el escalafón, el esplendor, el desarrollo, la riqueza y el boom de siempre. “La puerta de oro” tiene a sus pies los más grandes y promisorios surtidores de energía, de gas que le llevarán la inversión y el progreso que siempre se ha merecido. De paso, estos descubrimientos energéticos permitirán a Ecopetrol y a nuestro país reponerse del más desastroso y monstruoso acto de corrupción que recuerde y que recordará Colombia: Reficar.
Estamos con “La arenosa” en la antesala del mayor desarrollo de nuestra historia, que amparado por la paz, nos llevarán al pináculo de los grandes.
BLANCO: El galardón Enrique Santos Castillo que el CPB otorga a El Espectador por sus 130 años defendiendo la libertad de Expresión.
NEGRO: Uribe y sus cartas pidiendo que nos “aprieten”.
gabrielortiz10@hotmail.com