De cara a las próximas elecciones a cuerpos colegiados, tanto de Senado como Cámara de Representantes, se ha presentado personal que en el pasado hizo parte activa de la fuerza pública en sus diferentes grados, ya en épocas pretéritas algunos oficiales y suboficiales en uso de buen retiro, hicieron sus mejores esfuerzos por incursionar en la política partidista y muy pocos lograron sus empeños.
Estos fracasos se dieron por falta de experiencia soportada en esa gruesa línea, que separa la actividad profesional como miembro en servicio activo de la fuerza pública y la tarea proselitista, que esta proscrita al interior de las fuerzas del orden, con sobradas razones soportadas en nuestra historia, especialmente la Policía Nacional, que fue víctima de manejos amañados y procaces venidos de grupos políticos enfrentados.
Pero los tiempos y el devenir político de Colombia han cambiado, demandando la presencia de estos, otrora componentes de las fuerzas, en las justas electorales. Los tiempos han cambiado y aquellos que decidieron hoy representar los intereses de la reserva activa del país, son personas preparadas en el tema, que no van a improvisar ni inventar en asuntos tan serios, como es la defensa de los intereses de hombres y mujeres en retiro, que ven amenazados sus logros laborales y la seguridad familiar, a más de una serie de aspectos donde se presentan falencias que golpean necesidades sentidas de esta población que entregó su vida al servicio de la patria y la seguridad ciudadana, tan necesitada de protección, amparo y defensa.
La empresa no es fácil, porque no existe una organización que los pueda aglutinar y generar los necesarios avales, por lo tanto debieron buscar oportunidades en diferentes partidos, para lograr un cupo y con escasos recursos adelantar una modesta campaña, que les permita lograr un escaño a las corporaciones.
En las diferentes intervenciones de aspirantes a la Presidencia de la República se escuchan voces que pretenden vulnerar ciertos logros, fruto de un servicio imperturbable, insomne, riesgoso y permanente, prestado con vocación, para salud de la sociedad, lo que demanda la presencia de parlamentarios con sentimientos de pertenecía y espíritu de cuerpo, que velen por esa población que fácilmente puede quedar descubierta de toda protección, observando como esos esfuerzos donde se renuncia al calor familiar, las celebraciones domésticas y la misma presencia de seres queridos ante largas jornadas, fueron infructuosas o poco valoradas por personas ávidas de poder que no se detendrán en sacrificar estos personajes de antología y respeto.
Por lo tanto, urge que unamos esfuerzos y votemos por estos compañeros que se animaron a defender nuestros intereses, que poco importan a la clase política tradicional, por tener otro tipo de seducciones diferentes al bienestar de la fuerza pública y sus componentes en retiro.