En 44 días termina el gobierno de los 20 años. Concluyó tras una campaña que dio asco y fue cochina, según Vargas Lleras y la colega María Isabel.
Los propulsores de Petro y Rodolfo hartaron a un país que quiere la paz, con tantas ofensas y calumnias. La consigna era demeritar y tergiversar sin piedad las propuestas.
Por fortuna llego el 19, que permitió a los electores ejercer la democracia, escoger libremente y entregar a Colombia la “pausa que refresca”, como dicen los cocacolos.
Las urnas se llenaron y la Registraduría, diáfana y transparente dio, en tiempo récord el nombre del nuevo presidente de los colombianos. Vega dijo a los medios: “Gustavo Petro, es el nuevo rector de nuestros destinos por cuatro años”.
De inmediato la fiesta sana invadió la sede petrista, mientras caras largas pero tolerantes, lamentaban lo acontecido con el Ingeniero.
Un tropel de mensajes, como nunca se había visto invadió la campaña. La generalidad de los mandatarios, de izquierda y derecha, felicitaron y desearon lo mejor a Petro y a Colombia. El ingeniero reconoció el triunfo y ofreció su aporte para acabar con la corrupción. Gallardamente el expresidente Uribe, manifestó: “Gustavo Petro es el presidente. Que nos guíe un sentimiento: primero Colombia”.
Joe Biden, el presidente norteamericano llamó a Petro, cosa poco común, para felicitarlo a él y al pueblo colombiano, y fijar tres puntos principales en la agenda de los dos países: implementación del acuerdo de paz, acciones contra el cambio climático y la cooperación antinarcóticos. Biden dejó sin piso el “Miami-Baily” que tanto nos alejó durante los anteriores gobiernos.
Durante estos 44 días, el presidente Duque hará el empalme con todo su equipo, como gentilmente se lo ofreció, no sin antes lanzar discretas pullas, por el restablecimiento de las relaciones con Venezuela.
Y es que Petro tendrá que hacer de “tripas corazón”, ante la oposición -non sancta- que le anuncia la que parece ser nueva jefa del CD, y del senador más votado, Miguel Uribe que, a diferencia de su abuelo, el expresidente Turbay, “gradúa enemigos”.
Habrá una oposición digna, seria y sin barras bravas.
El gran acuerdo nacional que ya puso en marcha Petro, contará con gente muy valiosa de todos los partidos y tendencias, dispuesta a participar.
Los gremios y el gran capital, han recibido bien al nuevo presidente, porque habrá diálogo y entendimiento. Según Petro, todos serán escuchados.
Los tres poderes se restablecerán y respetarán, para que el jefe del Estado tenga quien se “hale el saco”.
Habrá diálogos de paz con todos los alzados en armas, porque solo la paz garantiza un país con grandeza, progreso, propiedad y bienestar para todos, sin la pobreza, el desempleo y la inequidad que nos atormentan.
Los observadores internacionales, consideran que a Colombia ha ingresado la alternancia en el poder, base para la convivencia sana y admirable.
BLANCO: El ingreso de Jorge Barón al Récord-Guinness, como el mejor presentador de musicales de TV.
NEGRO: Las cartas falsas que le inventan al candidato Hernández.