El legado de don Justo | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Junio de 2023

Uno de los padres del nacionalismo itsmeño, fue el jurista colombo-panameño Justo Arosemena Quesada, estadista, político y parlamentario, economista y filósofo, jurista y diplomático, polemista y columnista como escritor satírico, pero particularmente, un cristiano no practicante, convencido, de que “ningún país civilizado puede hoy prescindir de la tolerancia religiosa, de la libertad de conciencia y de la franca permisión de entrada a todo extranjero honrado y laborioso”.

Con su hondo sentido moral, no obstante ser un liberal radical gólgota, Arosemena era respetuoso del disentir humano y adversario leal y sensato del conservatismo. Gran pensador y prolijo escritor, se preocupó por la relación entre la historia, el derecho y la sociedad y, su aproximación a los problemas políticos y sociales se caracterizó por ser científica, como se aprecia en el profundo análisis que realiza en cada una de sus obras, algunas de ellas influidas por el positivismo inglés y por el utilitarismo benthamista.

Desde pequeño tuvo gran interés por el conocimiento y era un observador poco común de los hombres y de las cosas, lo cual le permitía recordar hechos y circunstancias que otros daban por episodios menores. Por esa razón fue un aficionado a la frenología, esa antigua doctrina psicológica, según la cual las facultades psíquicas están localizadas en zonas precisas del cerebro y en correspondencia con los relieves del cráneo y que permitía conocer las aptitudes y el carácter de las personas, lo cual estudió en Nueva York, donde era asociado a la firma de Camacho Roldan y Vengochea.

Incluso en 1851 decidió que se le efectuara un análisis a la forma de su cráneo en el consultorio del doctor Fowlers, del que resultó que tenía “facultades intelectuales aptas para la ciencia y la literatura, y se empeñan gustosas en cualquiera de estos dos estudios”.

Viviendo en Londres, en 1877 publicó allí su estudio sobre La Revolución en Colombia, el arreglo de la segunda edición de sus Estudios Constitucionales, en 1878 y, The Institution of Marriage in the United Kingdom, en 1879, que Arosemena firmó con el seudónimo de Philanthropus, quizá con el objeto de que con el misterio provocara mayor curiosidad en leer su texto. Igualmente, firmó algunos artículos bajo el seudónimo de Renato.

Fue un abolicionista convencido, recibió el premio del Institute d'Afrique, la sociedad abolicionista francesa. Además, fue uno de los grandes ideólogos de la federación colombiana, siendo presidente de la Convención Nacional de Rionegro de 1863 y miembro de la comisión de asuntos eclesiásticos de esta convención que suprimió el nombre de Dios del preámbulo constitucional.

También escribió obras como “Apuntamientos para la Introducción a las Ciencias Morales y Políticas por un joven americano”, publicado en Nueva York en la imprenta de Juan de la Granja (1840), uno de los primeros textos de ciencia política y sociología de Hispanoamérica.

“Murió de habérsele agrandado el corazón, una noche en que las olas daban lamentos insondables al quebrarse contra las rocas de Cristóbal y cada estrella era en el cielo una nota de luz y de misterio”. En suma, era un radical liberal para destacar.