Más de once millones de colombianos demostraron que existe un país nuevo, capaz de darle un giro a una nación gangrenada por la corrupción, el despilfarro y la violación de todos los cánones de decencia y rectitud.
Sin tamal, aguardiente, tejas y cemento, transporte y apabullante billete, más de la mitad de quienes tradicionalmente acuden a las urnas, le dijeron a Colombia que urge un cambio de rumbo que elimine la corrupción y nos oriente hacia un futuro certero, firme y provechoso. Pero como aún la corrupción tiene sus manejos, un tal umbral, dejó el clamor de un pueblo sin valor alguno, mientras los enviciados se frotaban las manos de felicidad, con menos de cien mil votos.
Las gentes de bien, los progresistas, los contados dirigentes cuya meta insobornable es la rectitud invitaron con decisión a votar 7 preguntas, mientras los de siempre, los amantes y practicantes de la corrupción, hacían campaña en contra, sin mucha fortuna.
El propio jefe del Estado, ese joven que día a día deja colar su independencia, respaldó el querer de un pueblo que quiere sacudirse de la maldición que tiene penetrada nuestra clase política. Varias veces, Duque, ha variado la ruta que quiere señalarle su mentor, con el beneplácito de propios y extraños. Con todo carácter, mostró su autonomía citando a todos los movimientos políticos, incluidas las Farc y los organizadores de la consulta, a una reunión durante la cual se pudiera sellar una serie de medidas legislativas contra la corrupción. Igualmente una reforma política que tantas veces se ha enterrado, que de paso elimine a los compradores de votos y creadores de esas empresas familiares que manejan despiadadamente las elecciones para apoderarse de los presupuestos. Fue una reunión exitosa y productiva.
También el Presidente Duque ha hecho una “llave” con el Procurador Carrillo para darle dientes al Estado para combatir la corrupción. Esa “llave” permite que la Procuraduría esté siempre detrás de las conductas indeseables, perseguirlas y sancionarlas. Cómo será de buena la propuesta de esta “llave” que ya tiene fuertes enemigos, entre ellos el fiscal Martínez.
El despertar de un pueblo con gran afluencia de jóvenes que salieron a votar el domingo nos muestra otra visión, progresista, constructiva y propositiva, que requerimos con urgencia, si anhelamos un nuevo país. El Presidente Duque tiene en sus manos la cristalización de ese empeño nacional.
BLANCO: Este nuevo país queda perfectamente plasmado en la extraordinaria obra “Ella es Colombia”’, que estrenó Misi en el teatro Cafam. Se conjugan en ella, nuestra mágica realidad macondiana, con una nación repleta de una gente valiosa. Resalta magistrales arreglos musicales, con las bellezas naturales y el acontecer de nuestras vidas, pasando por la guerra y alcanzar la paz que hoy disfrutamos. Es una obra que nos muestra con orgullo en cualquier parte del mundo.
NEGRO: Difícil explicar la embajada ante la OEA, en manos de quien fue sancionado por la Procuraduría y no propiamente por quemar libros.
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