Entramos en la ruta final de la elección presidencial, que se presta para vicios que esta vez, se han incrementado y provenido de todas partes y sectores, buenos, malos, débiles, fuertes y hastiados.
El gobierno se la ha metido toda, sin importarle los impedimentos y respetos que debe tener por las normas que existen para la limpieza de un debate de estos alcances.
Esta vez, como nunca, han salido a flote todas las lacras, mañas, resabios y desvíos. Las campañas, los asesores, las bodegas, los fanáticos y toda la maraña que se incrusta en ellas, se dedican a promocionar sus candidatos. Algunas se ajustan a normas éticas, pero otras inventan sin conciencia, ni moral lo necesario para engañar a los electores.
Algunos candidatos acuden a ofender a sus contendores, a torcer las propuestas y a tacharlos de asechar, conspirar y emboscar estrategias de campaña.
Se ha comprobado existencia de expertos en propaganda negra para derrumbar al contendor.
Infortunadamente muchos medios se dejan engatusar, seducir y embaucar. No se ajustan a la rectitud que deben ejercer quienes informan a las comunidades.
Vienen a mi memoria muchos colegas que la parca se llevó en mala hora y que eran cultores del rigor informativo. El último en partir, Mauricio Gómez, calificado como “el artista del reportaje”, dejó ejemplares enseñanzas para los periodistas del hoy y del mañana, que le merecieron el Premio al Mérito Periodístico Guillermo Cano, otorgado por el CPB, cuando William Giraldo ejercía con brillo la presidencia del Círculo, y el suscrito se desempeñaba como director ejecutivo de la Fundación Premio Nacional de Periodismo CPB. Fue la última vez que un presidente -Juan Manuel Santos- asistió al acto de entrega de estos galardones, en la que también estuvo presente el expresidente Belisario Betancur.
En esa ocasión, Mauricio, que era un filósofo de la noticia, notificó a unos periodistas juveniles que le pidieron orientación para desempeñar la profesión, la necesidad absoluta de ejercer el rigor informativo y nunca abandonar la lucha de los profesionales contra la desinformación.
“El periodismo -les dijo- es un oficio que obliga, ante todo, a encontrar la verdad, buscarla y defenderla. Para ello, es fundamental estar bien informado y tener criterio”.
Qué mejor que traer en estos precisos momentos, las sabias lecciones del filósofo de la noticia, para que esta Colombia al borde de la elección del próximo gobernante, reciba los mensajes de unos periodistas y medios, capaces de defender el rigor informativo, que imprima en la comunidad la confianza requerida para acudir a las urnas con la orientación ética de unos profesionales honestos que defiendan la verdad.
Es tiempo de que el gobierno diga verdades, sin disfrazarlas con porcentajes engañosos; que candidatos y asesores hagan lo propio y que los votantes exijan rigor informativo, para que esta patria tome el rumbo que la lleve a un verdadero desarrollo para todos.
BLANCO: Unidad de los candidatos para defender el medio ambiente. No más potreros en la Amazonía.
NEGRO: Habrá conectividad, pero los 70 mil millones de pesos no aparecen.