Casi todo en la vida está fuera de nuestro control. Realmente uno no controla sino sus pensamientos y la forma e interpretación que le dé a las vicisitudes de la vida incluyendo por supuesto los malos tratos, ataques y humillaciones que uno pueda recibir en cualquier ámbito los cuales parecen ser normales. Inclusive por ser columnista.
A mi dejaron de preocuparme porque en la vida todo eventualmente suele devolverse. Lo bueno y lo malo que usted haya sido y eso lo sabe muy adentro cada uno, hasta Petro… Quién tal vez está recogiendo lo que sembró en su vida. Incluso este ejercicio de escribir columnas de opinión prepara para una aproximación estoica hacia la vida por los ataques. Y, también para las promesas incumplidas que endulzaron su oído y su corazón pero que llegado el día y la hora se convirtieron en una grata decepción, otro ataque y una gran realidad. Tal cual le sucedió a muchos petristes y al mismísimo Petro con el Palacio de Nariño y el mismo cargo que ocupa. Igual son una gran oportunidad para crecer desde los principios estoicos.
La naturaleza humana ha sido la misma … Basta revisar las Meditaciones de Marco Aurelio, las Disertaciones de Epicteto o las Cartas a Lucilio de Séneca y darse cuenta de que desde el siglo I ya había que defenderse de los envidiosos, megalómanos y resentidos. Esos que quieren hacerlo trizas y minimizarlo hasta volverlo invisible. Los que no pierden oportunidad para invisibilizarlo, minimizarlo, desacreditarlo en una caverna mítica.
Tal vez y solamente desde una perspectiva ególatra y narcisista lograría entender a Petro… debe ser muy duro invitar a un evento creyéndose el rey del universo, el centro de todo, el faro mundial, el referente y de repente entender y recordarle que no es nadie… Ser ignorado totalmente hasta por sus amigos… Como si el día de su cumpleaños alguien pasa a propósito y saluda a su vecino, pero no a usted, resalta al otro, pero no a usted. ¿Recibió de su propia medicina?
Esa queja sobre su soledad en la COP16 es muy diciente… Y, pues qué va a conocer y entender sobre el valor estoico. Si lo supiera y entendiera no reclamaría, pues que vengan o no, les caiga bien o no, sea importante o no, está fuera de su control. Y, además jamás habría reaccionado con palabras sentidas sino todo lo contrario: con un silencio poderoso como lo manda el valor estoico. Y, estoy seguro de que hubiera hecho mucho más… Pero tampoco era para hospedar a los pocos que fueron en hoteles de muy mala muerte en Cali como quedó evidenciado.
Y, esto que escribió Mario Benedetti tal vez les sirve a muchos, tal vez al mismo Urrego o a ninguno, qué importa: “cuando ya no perteneces a un lugar, la vida se encarga de ponerte escenarios incomodos hasta que salgas de ahí, y aunque todo parezca caótico solo está ocurriendo porque te espera algo mejor. Hazle caso a la vida cuando te saque a empujones de donde no deberías estar”.