Bajo la dirección del historiador Antonio Cacua Prada, la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, que recientemente celebró sus Bodas de Oro al mando del rector del doctor José Consuegra Bolívar, se editó la obra “Elementos de filosofía”, escrita por el beato médico José Gregorio Hernández Cisneros, venezolano y seglar ejemplar, hombre virtuoso y caritativo, que fue llevado a los altares por el papa Francisco en abril de 2021.
En un trágico accidente automovilístico en 1919 falleció el reconocido filántropo venezolano, de quien se conocen muchas facetas, pero no tanto una muy especial, la de filósofo, pues además de la medicina, la fisiología y la bacteriología, su interés particular por el humanismo y, por otro lado, en su papel como docente, detectó fallas en la formación de los estudiantes de medicina, por lo cual, el “médico de los pobres”, quiso presentar su filosofía de vida, su fe ardiente y su innata creencia de dios y, él mismo agregaba: “pensando que por ser yo tan venezolano en todo, puede ser que ella sea de utilidad para mis compatriotas, como me ha sido a mí, constituyendo la guía de mi inteligencia”.
Decía Hernández que “ningún hombre puede vivir sin tener una filosofía” y, así fue desarrollada esta obra del beato a través de tres libros o capítulos. El primero acerca de la filosofía de las ciencias psicológicas, “que estudian los fenómenos o las operaciones al interior del hombre”, la psicología experimental, la lógica, la estética (junto con la belleza y el arte) y la moral. El segundo, dedicado a las ciencias metafísicas, la ontología, la teología, la teodicea (como ciencia que estudia a Dios racionalmente), la psicología racional y la cosmología racional.
El tercero, Sobre la historia de la filosofía, con la descripción por orden cronológico de los sistemas filosóficos y de las escuelas nacidas de ellos, está dividido a su vez en tres capítulos, el primero sobre los precursores del descubrimiento del método deductivo; luego, un recorrido hasta el siglo XVII y, el tercero, desde el descubrimiento del método experimental hasta nuestra época (en realidad, la de él, pues culmina con la doctrina de la descendencia de Lamarck, con el transformismo de Darwin y con el evolucionismo de Spencer).
Originalmente, la obra se publicó en Caracas en 1912 y, el médico, hasta ese momento conocido por otro de sus textos “Elementos de Bacteriología”, sorprendió con un texto de filosofía, pero, no era para menos, como hombre de espíritu que era, reconocía que el alma venezolana estaba esencialmente apasionada por la filosofía, que la conmueve hondamente y que está deseosa siempre de lograr la paz interior y la serenidad, pero, expresaba que éstas, “antes que a la filosofía, la debó a la religión santa que recibí de mis padres, en la cual he vivido, y en la que tengo la dulce y firme esperanza de morir”.
Cierra Cacua Prada el texto, con un testimonio personales de los favores recibidos por intercesión del Beato Hernández Cisneros, sin el cual, no habría podido superar un naufragio en Costa Rica, dos infartos y la enfermedad de su padre.