¿Por qué Elon Musk compró Twitter? Desde esta tribuna dijimos que era por un tema político y geopolítico. Sí. Pero también por un tema de rentabilidad. La cifra por la que los accionistas vendieron Twitter no fue tan alta si se ve desde la perspectiva del largo plazo. Pagar 44.000 millones de dólares por una plataforma social como Twitter no es un costo tan estrambótico.
Vale preguntarse: si alguien quisiera comprarle Facebook a Zuckerberg ¿cuánto tendría que pagar? El fenómeno económico de las redes sociales comenzó a tocar un techo. Y se potenció con las pospandemia. Reconozco que es una afirmación fuerte, pero vamos a ampliarla un poco. Al principio, el modelo publicitario de las redes sociales funcionaba de forma sencilla: empresas gigantes buscaban la información de los usuarios.
Todo se transformó en algo más complejo: la famosa economía de la atención. Que es lo que estamos viviendo actualmente. ¿Cómo monetizan actualmente las redes sociales? Depende del tiempo que pasen los usuarios en cada red. Por eso es que TikTok tiene tan amenazadas a las redes gringas (Twitter, Facebook y demás), porque los jóvenes cada vez pasan más tiempo en esa adictiva red china.
Así que, si los usuarios pasan cada vez menos tiempo en Twitter, Instagram o Facebook y, peor aún, si cada vez menos personas descargan estas aplicaciones y crean cuentas nuevas, la matemática comienza a fallar. La pregunta de fondo es ¿las redes sociales tradicionales dejaron de ser rentables? La respuesta se verá en los próximos cinco años.
Ahora, hablemos algo de la realidad que enfrenta Twitter en estos días tan convulsionados. Insisto con mi tesis de que Elon Musk tiene una visión de juguete con esta red. Todo apunta a que este usuario se cansó del manejo progresista y desfasado que estaban teniendo en las oficinas de San Francisco y, como tenía los medios, se aventuró en un negocio que, en el fondo sabe, no será rentable en el largo plazo.
La ola de despidos y los días frenéticos que se están viviendo en Twitter es algo relativamente normal en el mundo de las grandes empresas. Hace poco tuve la oportunidad de ver una entrevista a Ricardo Salinas, dueño de TV Azteca en México. Contaba Salinas que, cuando llegó al canal tenía 8.000 empleados, en dos semanas apenas se quedó con 1.500 colaboradores. Así que, la cantidad de despidos es algo dramático, pero no es nada nuevo en el mundo de la tecnología.
Y el tema de fondo, el que más me preocupa: las grandes plataformas tecnológicas van a liderar la recesión global que, parece, llegará en 2023. La cantidad de negocios tecnológicos que están cerrando y el globo que está estallando con la industria de las criptomonedas puede convertirse en una bomba atómica para las economías globales.
Más allá de lo que está pasando con Twitter, que para cuando lea esto puede ser anecdótico, lo que nos debe preocupar es la nueva burbuja del web y el coletazo económico que puede ser catastrófico para todos.