Colombia transita por una línea delgada que podría llevarla a insospechados y tenebrosos destinos. El personaje central: el justiciero juzgado. Objetivo: justicia a mi manera.
El libreto de esta tragicomedia entró en pleno desarrollo esta semana cuando el personaje central acudió a los términos dignidad, descrédito, desacato, renuncia y decoro. El expresidente y actual senador Alvaro Uribe sorprendió al país cuando anunció su retiro de la Cámara Alta, no sin antes acusar a la justicia de mancillarlo y lesionar su dignidad, término que significa “decoro en la manera de comportarse”, es decir honor, respeto y reverencia que se debe a una persona o a una institución.
La CSJ lo llamó a indagatoria por haber encontrado motivos suficientes para involucrarlo en la comisión de delitos de fraude procesal y soborno, que lo comprometen, junto con su hermano en la creación, financiación y conducción de grupos paramilitares. Además de endilgar al senador Iván Cepeda el manejo de falsos testigos, amén de otros delitos denunciados por el colega Daniel Coronel en la revista Semana.
Todo lo anterior ha afectado la “dignidad” del doctor Uribe, quien ha anunciado, por ello, su retiro del Senado, a donde llegó con una abundante votación.
El líder y sus abogados la emprendieron contra la justicia, sin decoro alguno, buscando su disminución y pérdida de reputación, eludiendo sin piedad el debido respeto que merece esa rama del poder.
Se ha cometido un desacato, ya que cuando se desconoce o se busca eludir el derrotero natural de un proceso, se amenaza la autoridad. El expresidente busca una justicia a su manera, a su medida.
Hasta ahí la primera parte de la comedia, porque ya está listo el telón que nos llevará a un segundo episodio. Hasta el momento de escribir esta columna, la renuncia del doctor Uribe no se conoce. Sus adoloridos seguidores, empiezan a preparar un movimiento nacional de respaldo al líder obligándolo a mantenerse en el Capitolio, aunque ello aleje a la fiscalía de asumir su caso.
El desgaste del dirigente no se queda ahí. Las fuerzas de las aguas contaminadas arropan otros sectores. El Centro Democrático y sus figuras saldrán golpeados por la arrogancia que se aprecia en las huestes de un uribismo triunfador en las pasadas elecciones y desde luego que pueden deteriorar la buena imagen y los buenos propósitos deseos de un electo presidente que quiere hacer las cosas lo mejor posible, como se aprecia en las primeras de cambio.
Este es el panorama que vive un país al que quieren manejar colocándolo erróneamente entre la dignidad y el descrédito, para impedir que la justicia actúe.
BLANCO: El freno a la voracidad alcabalera de Peñalosa: no a sobretasa a parqueaderos.
NEGRO: La triste partida de dos caballeros. Dos Gustavos: De Greiff que le dio cuerpo de honor a la Fiscalía y Cárdenas, hombre de las comunicaciones que brilló en la televisión.
Gabrielortiz10@hotmail.com