ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Enero de 2013

Uribe se salió de sus trapitos

 

El  Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el calificativo de "canalla" como "hombre despreciable y de malos procederes" y también como "gente baja y ruín" y al vocablo "compostura" como "mesura y circunspección. Y  esto segundo es lo que le está faltando en grado superlativo al expresidente Álvaro Uribe en su trato social y político con su sucesor, el presidente Juan Manuel Santos.

Álvaro Gómez Hurtado solía lamentarse de que los colombianos habíamos perdido nuestra capacidad de asombro y esto es particularmente cierto en estos tristes episodios de nuestra picaresca política. Preocupa cómo  los partidos políticos y en especial el Partido de la U han guardado cómplice silencio y no han llamado la atención del exmandatario por haberse salido de sus trapitos y de sus huesitos, como a él mismo le gusta referirse a sus comportamientos.

Está claro que al ilustre expresidente se le fueron las luces al referirse esa sí tan canallesca manera al Presidente en ejercicio. ¿Qué ejemplo está dando al país al enfrentarse con tan bajas armas a quien detenta la más alta dignidad nacional? Él siempre para explicar sus desplantes gusta alardear de que es "un gamín". Nosotros creemos que ni los gamines se atreverían a faltar al respeto de esta mala manera. La escalada de epítetos no presagia nada bueno para el país y nos hace recordar los tiempos de "a sangre y fuego" como consigna para tratar a los adversarios y las épocas aciagas en donde algunos sectarios caudillos prohibían a los suyos saludar hasta sus familiares si estos eran de un partido diferente.

Pero lo más grave es tratar de llevar estas peligrosas situaciones al ámbito de nuestras relaciones internacionales. Nos preocupa que el ponderado  espíritu santista pueda llegar a perder su genética serenidad, acosado por los trinos delirantes del uribismo. Son momentos para la reflexión. Los tiempos son difíciles y se necesita el concurso de todos para encontrar salidas, opciones y soluciones.

ernestorodriguezmedina@gmail.com

 

 

El proceso de paz si lo queremos llevar a feliz termino tiene que contar con la colaboración de todo el país y especialmente de sus dirigentes por belicosos que ellos sean. El señor Uribe tiene que convencerse que no podemos seguir en una guerra fratricida por otros cincuenta años y que no debemos seguir  buscándole  pendencia a los venezolanos.

 

 

En lo relacionado con San Andrés y el fallo de la Corte Internacional una carrera de errores-por acción u omisión- nos ha traído hasta donde estamos. Aqui tambiém se requiere de mucho tacto . Coincidimos con quienes consideran un peligroso error levantar la reserva debida a las actas de la Comisión de Relaciones Exteriores.Por ese camino enterraremos los secretos de Estado y la misma Seguridad Nacional. y le daríamos armas a nuestra contraparte, Santos no se debe dejar acorralar de Uribe.

 

 

Lo único que resta por hacer es analisis propectivo de escenarios y posibilidades, escogiendo las mejores opciones que no son otras que realinderar, en todo el sentido de la palabra, nuestras relaciones con Nicaragua y darle viabilidad a la aplicación del fallo de la Corte Internacional. Hacer otra cosa es dejarle un legado muy complicado a nuestros descendientes.