Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 18 de Junio de 2016

OPINION ORBITAL

Julio Cesar Turbay Ayala

HOY se cumplen cien años del natalicio de Julio César Turbay Ayala, uno de los políticos más hábiles y talentosos que ha tenido nuestro país. A la vez que una de las figuras más controversiales de nuestra vida republicana.

 

De cuna sencilla, todo lo que logró en su vida lo hizo por sus propios méritos. Sin mayores estudios académicos se formó como un sólido autodidacta, a la vez que  llegó a conocer los más recónditos secretos y vericuetos de la lucha partidista. Con persistencia y sagacidad extremas se las apañó para figurar desde su juventud en primera fila de los acontecimientos nacionales.

 

Él mismo se ufanaba de haber comenzado como simple “carga ladrillos “ de los grandes de su partido, el liberal, como fueron López Pumarejo, Echandía,  Santos y el otro Turbay. Astuto, ladino, competente y fino  manipulador, respetó  disciplinadamente la “fila india” del trapo rojo, a la vez que fue  haciendo a su propia clientela,  incondicional y leal como pocas. Y así  se mantuvo vigente por décadas...

En nuestras épocas de  cronista político y parlamentario pudimos apreciar de cerca su fino olfato para las grandes oportunidades y su capacidad para manejar delicadas crisis y superar grandes retos. En una oportunidad cruzó lanzas, de igual a igual, con López hijo, nada menos que sobre derecho constitucional..  No había disciplina que le fuera ajena,  Pudimos apreciarlo de primera mano en el rescate diplomático de la Embajada Dominicana. 

 

Los avatares de nuestra vida profesional nos llevaron a los alamares diplomáticos. Estando de servicio en Europa, el presidente Turbay nos designó como  coordinadores de la  misión mediadora de la OEA en dicho conflicto .Bajo la experta dirección del venezolano Andrés Aguilar, visitamos en la sede secuestrada al Comandante Uno. El escenario no podía ser más dramático e intimidante, Después de varias semanas, los terroristas continuaban exigiendo la libertad de los presos del M-19 y el presidente les había advertido que “ni un peso ni un preso”. Así nuestra visita se realizaba en medio de  los peores augurios. Después de varias horas de inútil negociación y de  profunda tirantez, el Comandante le mandó decir a  Turbay que él podía llegar a perder  el control  e irse todo al diablo. Ya en Palacio el mandatario  nos comentó: “¿Ustedes juegan póker? ¡Estos señores lo que están es chañando!

 

 Regresen, pónganse firmes y verán cómo  ellos  ceden y se ablandan”.

Dicho y  hecho. En la siguiente visita Aguilar les dijo en tono enérgico: “Esto se tiene que arreglar, de lo contrario ustedes de aquí sólo salen con los pies delante”. Tras unos instantes de silencio y luego de evaluar la situación con algunos compañeros, el Comandante Uno dio luz verde a la negociación. El resto es historia, historia turbadita.

 

Adenda

Posteriormente se supo que la colonia judía recolectó un millón de dólares para pagar por su cuenta el rescate del  embajador israelí. Pero eso no formó parte de la negociación con Turbay.