¿Se está burlando la JEP de los colombianos, especialmente de las víctimas de secuestro y de sus familiares, o simplemente están sus magistrados mostrando una profunda ineptitud?
Aparentemente dichos togados no saben diferenciar entre un secuestro agravado, donde toda clase de atrocidades se cometieron contra los secuestrados, personas encarceladas sin haber cometido ningún crimen ni haber sido juzgadas, y una la simple retención.
Quizá, dichos magistrados necesiten una clase de español o simplemente que alguien tenga la bondad de regalarles un diccionario para que se enteren de la diferencia entre los dos conceptos. Secuestro: detener y retener una persona para exigir dinero u otra contraprestación a cambio de su liberación. Retención: hecho de impedir que alguien se vaya. (REA).
Una cosa es que los narcotraficantes de las Farc traten de cubrir sus crímenes usando toda clase de eufemismos para desfigurarlos, disminuirlos o decorarlos, como se decora un muro sucio con pintura nueva.
Otra cosa es que magistrados, que “supuestamente”, y recalco la palabra “supuestamente”, están entre los abogados más calificados del país, se conviertan en cajas de sonido repetidoras de los eufemismos usados y abusados por los declarantes de las Farc.
Quizá, lo que ocurre es algo mucho más siniestro. Quizá, dichos magistrados tengan una agenda política preconcebida para justificar la impunidad de estos criminales, quienes, lejos de cumplir con su obligación de contar la verdad sobre sus crímenes, para obtener los beneficios que este tribunal les puede conceder, se han dedicado a narrar fabulas semejantes a las de los libros infantiles. ¡Otro crimen más contra los secuestrados y sus familias!
Acaso los colombianos que por décadas compartimos con las familias de los secuestrados su profundo dolor al ignorar su paradero: sin saberlos vivos, o muertos, posiblemente enfermos, maltratados, humillados y hambrientos, debemos ahora tragarnos las mentiras que los excriminales de las Farc nos cuentan ¿Habremos de someternos a la decisión de unos magistrados que solo han mostrado ineptitud en la mayoría de las decisiones hasta ahora tomadas?
Jamás debemos olvidar todas las arbitrariedades que ocurrieron durante el caso de Jesús Santrich, que terminó con la vergonzosa huida del criminal, debido a la incapacidad, o aberrante ¿complicidad?, de algunos de los magistrados de la JEP para favorecerlo.
¿Y qué del caso recientemente juzgado por ese tribunal, donde se concedió amnistía a Marilú Ramírez Baquero, la narcoguerrillera que se hizo pasar por estudiante en la Escuela Superior de Guerra en Bogotá, con el propósito de obtener información que permitirá efectuar un atentado contra esta institución?. Dicho atentado se llevó a cabo con un carro bomba el 19 de octubre del 2006. En el fueron heridas 23 personas, la mayoría jóvenes estudiantes de la Universidad Militar Nueva Granada, localizada en el mismo lugar.
La Procuraduría ha apelado dicho fallo de la JEP, afirmando que este no puede considerarse un ataque contra una base militar por la existencia de una universidad en el lugar.
Con el mayor descaro, la JEP parece más un tribunal cuya única intención es justificar lo injustificable o, peor aún, legalizar algunos crímenes de lesa humanidad, como son el secuestro, la violencia sexual, los crímenes contra civiles (estudiantes), claras violaciones no excusables, ni aún durante un conflicto armado, según la legislación de los tribunales internacionales.