Es cierto que atravesamos por lamentables momentos fatídicos, pero desafortunadamente en este mundo convulsionado surgen mentes fanáticas y burlonas, que sólo quieren ser como los pollitos que van tras su gallina.
Olvidan, entre ellos los agnósticos, que existe el artículo 19 de la Constitución que garantiza la libertad de cultos, que da a toda persona el derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. También que existe la sentencia C-350 de 1994 que declara a Colombia como un Estado laico y pluralista, fundado en el reconocimiento de la plena libertad religiosa y la igualdad entre todas las confesiones religiosas.
Esto garantiza que ante la gran variedad de religiones, los colombianos tengan la facultad de practicar libremente la religión que sea de su agrado, siempre y cuando también se respeten las ajenas.
Afortunadamente existe la hermenéutica, es decir, un recurso que otorga la facultad para pensar, analizar y actuar libremente. Se refiere al arte de interpretar textos, bien sea de carácter, filosófico, jurídico, sociológico o literario, lo que facilita encontrar el verdadero significado de las palabras, tanto escritas como verbales.
Tiene su origen en la antigüedad, cuando diversos pensadores se concentraron en la tarea de interpretar los textos o escrituras sagradas a fin de diferenciar la verdad de lo espiritual, esclareciendo lo que resultaba ambiguo o poco claro.
Pero que fatalidad, hoy que buscamos librarnos del virus Covid-19 estos personajes ciegos, fanáticos y burlones, se escudan en la Constitución para protestar contra los que hablan de Dios y de la Virgen María, porque violan la libertad de cultos, exigen que se les respete sus convicciones, impidiendo que ellos gocen de la libertad como los demás.
Quieren que los gobernantes o funcionarios públicos jamás se pronuncien sobre temas de la fe católica, como si esta no estuviera contemplada dentro de la Constitución la libertad de cultos, exigen mantener la boca cerrada, casi que ordenan cerrar los templos religiosos, para que funcionarios públicos no puedan entrar, porque estarían impedidos según la Constitución.
Los fanáticos burlones pretenden prohibir también, que todo establecimiento público como la Corte Constitucional tenga elementos religiosos, afirmando que sería una violación de la libertad. Pero si los seguidores de otros cultos se reúnen multitudinariamente, utilizando símbolos de sus creencias, eso sí va acorde con la Constitución.
Debieran seguir el ejemplo del Papa Francisco, respetuoso de la libertad de religiones. Recordemos que hace unos años suplicó misericordia por las comunidades LGTBI, dándoles la oportunidad de perdonarlos aunque no estuviésemos de acuerdo con ellos. Igualmente se ha reunido con integrantes de otros cultos, lo que hasta el momento nadie lo había hecho públicamente. Siempre nos ha dejado un mensaje de amor y reconciliación, evitando la cizaña para poder vivir en paz.
Es fundamental en el ordenamiento jurídico y ético entender que la libertad implica deberes, derechos y obligaciones. Aplicar la Constitución es permitir que todo ser humano tenga libertad para expresar sus sentimientos, pero con el debido respeto hacia los demás.