Queremos una Colombia exitosa, luchadora, con líderes inteligentes, que tomen decisiones acertadas.
Desafortunadamente abundan dirigentes mediocres y de mentalidad obtusa, que utilizan argumentos populistas para ganar adeptos en sus campañas políticas.
El gobernante tiene la obligación de trabajar por el bien común de sus gobernados, criterio de legitimidad política, alejado de todo populismo.
Para asegurar un buen gobierno es necesario aplicar los planteamientos de Kant expuestos en su Crítica de la Razón Pura: “los pensamientos sin contenido, son vacíos, las intuiciones sin concepto, son ciegas. Ni el entendimiento puede intuir nada, ni los sentidos pueden pensar nada. El conocimiento solamente puede surgir de la unión de ambos”
Sin embargo, existen personajes que interpretan malévolamente el sentido de un Estado laico, buscando aplicar la capitis diminutio a los católicos, para lanzarlos fuera del planeta tierra.
Tremenda equivocación, pues una cosa es garantizar la igualdad de cultos respetando la decisión de cada persona a profesar libremente una religión, otra cosa es desterrarlos.
Algunos fanáticos ordenaron eliminar el oratorio en el aeropuerto El Dorado, y un congresista sugiere igualmente cerrar el oratorio del Congreso de la República.
Mentalidad egoísta de estos inquisidores. Su mente está poseída por Lucifer, guía espiritual de las activistas proaborto, notables por su acto vandálico de incendiar la Catedral Primada de Bogotá.
No admiten que la fe católica goce de la igualdad de derechos que se tiene frente a otras religiones, garantía de toda persona para profesar libremente el credo religioso de su preferencia.
Para estos aniquiladores de la libertad católica, no hay duda de que establecerían las siguientes restricciones:
1. No podrán utilizar el servicio de Transmilenio los católicos 2. Se prohíbe la entrada a los despachos públicos de aquellos que profesen ideas católicas 3. Cristianos, evangélicos, musulmanes, agnósticos, etc, les queda prohibido pasar por el frente de templos católicos. 4. Las parejas heterosexuales, LGTB, que deseen contraer matrimonio sólo podrán hacerlo ante juez civil competente, jamás ante autoridades eclesiásticas. 5. El templo de Chiquinquirá deberá cambiar su nombre por el de la mezquita de Al-Haram.
¿Será que ante la discriminación racista que se dio en épocas anteriores, en la que una mujer negra fue detenida y procesada por negarse a ceder su asiento a un “blanquito” en el autobús, hoy los católicos tendríamos que ceder nuestra silla a una persona agnóstica, porque estamos en un Estado laico?
Los que buscan extinguir al catolicismo esperan que la noción de Estado laico derogue el artículo 19 de la Constitución, el cual garantiza la libertad de cultos, en cuanto al derecho que tiene toda persona a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva.
El principio de laicidad fue desarrollado mediante la Ley 133 de 1994 y no es contradictorio con el artículo 19. Por el contrario, señala “el Estado reconoce la diversidad de las creencias religiosas, las cuales no constituirán motivo de desigualdad o discriminación ante la ley que anulen o restrinjan el reconocimiento o ejercicio de los derechos fundamentales”.