Sería una ingenuidad pensar que con siete puntos, una Consulta Popular, pueda eliminar la galopante corrupción que reina en Colombia y que ha venido escalando desde principio de este siglo con la aparición de negociados por doquier, como Reficar, cambios en el POT, coimas que manejan normas y tantas cosas que nos conducen a “todo por la plata”.
Como nos hemos acostumbrado a fabricar mentiras para darle manejo a cuanto se busca, a cuanto se persigue, a cuanto nos beneficie, sin importar las consecuencias ni los perjuicios que puedan lesionar a quienes tengan derechos adquiridos legítimamente.
No es justo descalificar las intenciones de los “Verdes” para dotar a este país de normas que eliminen la corrupción ni pasar por alto que, de pronto, pueda aprovecharse ese objetivo para enredar de alguna manera la elección presidencial que se aproxima.
Debemos detenernos e ir al fondo de las cosas. Si como lo afirman Vargas Lleras y algunos parlamentarios que de los siete puntos que contempla la Consulta cinco ya son leyes en Colombia, debemos meditar sobre el tema, porque habremos llegado al colmo de que ya no hay normas que puedan eliminar a los corruptos y a sus corruptelas.
La simple reducción de unos salarios o la limitación de las reelecciones interminables de legisladores, no le hace cosquillas a la vertiginosa perversión que se adueña de este país.
Entre los siete puntos no hay catarsis alguna. No existe prevención, como se aplica en medicina para impedir enfermedades irreversibles.
Si se empezara a formar al ciudadano desde la cuna, en el hogar y luego en escuelas, colegios y la sociedad, se podría modelar una población respetuosa de los derechos de los demás, de los dineros públicos, de la rectitud, equidad y honestidad.
No se incluye una de las principales razones de la corrupción a todos los niveles. Esas exorbitantes cantidades de dinero que se invierten en las campañas políticas, que se traducen en contratos posteriores para los elegidos y sus compinches. Ninguna de las preguntas de la Consulta toca las raíces reales de la corrupción. Si se reducen los salarios, “de otro cuero saldrán las correas”. El porcentaje del 20, 50 u 80, se elevará a los contratos que adjudican desde las más humildes veredas, hasta la mega obra.
Hay que hacer algo, hay que enfrentar la corrupción, hay que luchar contra ella, hasta vencerla, pero todo a su tiempo, no en época electoral, porque se puede prestar a suspicacias que malogren los edificantes fines que se persiguen. “No por mucho madrugar amanece más temprano”, decían nuestros mayores… y acertaban.
BLANCO: El Galardón Arte y Cultura, que se otorgó al Canal Zoom y a su gerente Germán Pérez, por el documental “La Paz Posible”, en el I Festival Internacional del Audiovisual en Nicaragua.
NEGRO: La desaparición del doctor Roberto Arias Pérez, hombre dedicado al servicio humanitario y a la defensa de los más necesitados. Paz en su tumba. Nuestra solidaridad a su hija, médica y gran columnista, Gloria Arias.
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