Se cumplió la ceremonia de beatificación, el pasado 30 de abril del hasta ese momento Siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros, de la Orden Franciscana Seglar, OFS, conocido como “el médico de los pobres”, quien murió atropellado en Caracas hace casi 102 años. El doctor Hernández se graduó, fue profesor e investigador en la Universidad Central de Venezuela y fue un innovador de la medicina. Su fiesta quedó incluida en el santoral para el 26 de octubre, fecha del nacimiento del médico.
El doctor Hernández cayó golpeándose la cabeza contra el filo de la acera, lo que ocasionó una fractura en el cráneo. Desde su fallecimiento, se ha ganado su halo de santidad tanto en Venezuela como en Colombia por su labor en pro de los más desfavorecidos y sus reivindicaciones para reclamar más atención de los gobiernos. Tanto en Caracas, como en otros lugares, se puso en evidencia la religiosidad del pueblo, en momentos de crisis.
En 1986, San Juan Pablo II reconoció sus virtudes heroicas y lo declaró “venerable” y ahora se dio la beatificación, aprobada por la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, con decreto del papa Francisco el 19 de junio de 2020, luego de que una comisión teológica de expertos concluyera que un milagro del médico venezolano salvó la vida de una niña de 10 años, gravemente herida durante un asalto en marzo de 2017. La postuladora de la causa ha sido la abogada argentina que ahora tiene como meta llevar a los altares al sacerdote colombiano Rafael García-Herreros, fundador de la Organización Minuto de Dios y miembro de la comunidad Eudista.
Hernández fue autor de trece ensayos científicos sobre diversas disciplinas, reconocidos por la Academia Nacional de la Medicina, de la cual fue uno de sus fundadores, lo cual llevó a que se expresara que: “Su faceta religiosa con todo lo encomiable que sea considerada en el plano místico, no debe opacar el inmenso aporte que realizó a la ciencia médica venezolana”, como lo ha reseñado en la biografía que el maestro Antonio Cacua Prada escribió para la beatificación y que fue editada por la Corporación Minuto de Dios, presidida por el reverendo padre Diego Jaramillo Cuartas, versátil directivo institucional y líder de tan prestante organización.
Hernández Cisneros, considerado un santo por el imaginario popular, que le atribuye numerosos milagros médicos, "No hay mejor bálsamo que recurrir a la intercesión del médico de los pobres", se ha expresado.
Su parentesco con otros santos: El bisabuelo del Santo ecuatoriano “Hermano Miguel” (1854 – 1910), don Francisco Luis Florencio Febres Cordero Muñoz era Joaquín Fabián Cordero Padrón nacido en mayo de 1761 en Curaridal, Venezuela y, casado en Guayaquil con María de Jesús Montoya Trejo nacida en Guayaquil en 1790. Falleció en Guayaquil, Guayas, Ecuador y venía a ser tío bisabuelo del beato José Gregorio Hernández Cisneros. De este mismo grupo familiar es la Sierva de Dios Hermana Georgina Josefa del Carmen Febres Cordero Troconis.