FERNANDO NAVAS TALERO | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Enero de 2013

El bazar del ocio

 

Las  vacaciones sirven para que el ocio convoquen discusiones  sobre lo divino y lo humano. Por ejemplo, la propuesta de reconstruir el escudo de la Republica, revivió un proyecto que en el 2008 presentó el parlamentario Dairo Bustillo, iniciativa acerca de la cual en esta columna el 23 de abril de ese año se propuso que para reemplazar el cóndor,  podría escogerse al chimbilá,  mamífero portador de la rabia, enfermedad que padece un considerable número de autoridades en Colombia.

Precisamente,  a partir de esta propuesta, algunos contertulios de los ociosos debates, señalan al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón,  como uno de los más rabiosos funcionarios del gobierno, pues no desperdicia ocasión para atizar el fuego e invitar a una guerra  fratricida a tal grado que ahora promueve entre bambalinas una ley de facultades extraordinarias para que las fuerzas a su discreción combatan a las Bacrim. La propuesta es tan impertinente que el combativo general retirado Harold Bedoya declara que con ella solo se busca “enredar la pita”. El Ministro, la otra cara del Gobierno, promueve la guerra y sus éxitos los contabiliza según el número de ejecuciones extrajudiciales -bajas- que los agentes de la fuerza pública produzcan.

Naturalmente que estas estrategias conducirán, necesariamente,  a que se  incremente el conflicto armado, pues los insurgentes que dialogan acerca del proyecto de paz del Gobierno no pueden, de ninguna manera, mostrarse débiles, pues la paz no se pacta con los débiles, a estos se les vence. Parece que el señor Pinzón no conoce la historia; a las guerrillas solo se les somete con la paz.

Otro de los temas candentes es la revocatoria del mandato al alcalde Petro. Los pronósticos, según los augurios, no le son favorables, si se tiene en cuenta que al poder solo llego con el 30% del potencial electoral del Distrito y que sus relaciones con los medios de comunicación no son las mejores. En síntesis, está en minorías; tanto como los aficionados a la fiesta brava vencidos por el poderoso gobierno. Su única salvación, ante la revocatoria,  es que lo conviertan en víctima y lo acribillen en el ruedo.

Con respecto a la suerte del coronel Chávez las opiniones de los arúspices están divididas. El asunto tiene dos facetas, una es su solución constitucional y según el artículo 233 el hecho de que el Presidente en ejercicio no se posesione en la fecha señalada - mañana-  por la norma suprema no esta considerado como una falta absoluta que reclame la toma del poder por parte del Presidente de la Asamblea Nacional. La otra opción, la de los enemigos del sistema, es que el enfermo fallezca.

 El tiempo, no el diario de opinión colombiana, se encargará de resolver las incógnitas y la incertidumbre que inquieta a los ociosos que mañana reinician la maldición de ganarse el pan con el sudor de los pobres.