Que la seguridad ciudadana no se sustenta únicamente en la presencia de las fuerzas de policía es una gran verdad que venimos sosteniendo de tiempo atrás y el estado de cosas que hoy se presenta en las ciudades del país, nos da sobrada razón. Los diversos componentes del concepto seguridad ciudadana, han sido comentados en columnas pasadas, pero no obstante el riesgo de llover sobre mojado, quiero hacer un recordatorio que ojalá llegue a oídos de los candidatos a la presidencia de la República y sea analizado al interior de las campañas por los asesores del tema.
La ciudad es el primer componente del concepto seguridad, pues constituye el teatro de operaciones del hampa, las autoridades y ciudanía en general. El segundo módulo lo representa la comunidad, con la obligación de utilizar el espacio ciudadano de acuerdo a las normas del buen vivir y el cumplimiento de la ley en toda su extensión. Como tercer elemento está la fuerza pública encarnada por los hombres de la Policía Nacional, formados y capacitados para ejercer su autoridad de cara al compromiso de velar por la vida, honra y bienes de los ciudadanos residentes en la jurisdicción de su responsabilidad.
Continuamos con las administraciones, detentadoras de la función de policía y responsables del orden público interno en su territorio. El quinto bloque lo ocupa la justica, tan importante y necesaria en toda colectividad por ser el eje central del orden y la estatura moral de las colectividades, pues sin su presencia los componentes enumerados anteriormente pierden vigencia y capacidad de acción, llevando la comunidad a la anarquía.
En días pasados la alcaldesa de la capital, haciendo uso de la función de policía, tomó algunas medidas muy importantes y necesarias, para iniciar el curso hacia una sensación de seguridad que la capital pide a gritos, porque seguridad total no existe, pero las autoridades deben luchar para brindar un estado de tranquilidad y paz a su conglomerado. Entre las medidas anunciadas hay un concepto que me permite llamar la atención: es sobre los frentes de seguridad, una estrategia utilizada por la policía en los años noventa, apoyada en la prevención nacida de la información ciudadana que, hoy afianzada con la tecnología de punta, está llamada a ser la herramienta ideal para cerrar el paso a todo tipo de delincuencia que haga presencia en las ciudades.
No me puedo extender en el concepto, pero sí de potenciar esta estrategia se trata, es urgente capacitar a los ciudadanos implementado las escuelas de seguridad ciudadana, que pueden funcionar en las estaciones de policía o centros comunales, donde recibirán la instrucción que les permita trabajar de la mano policial, en bien de su propia comunidad. Ahí en pocas palabras estamos expresando el qué y describiendo el cómo.