GABRIEL ORTIZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Febrero de 2013

Monopolios sin control

 

Definitivamente, como lo señala la colega María Jimena en su columna de Semana, en nuestro país los monopolios hacen lo que quieren, sin que las autoridades -tengan dientes o no- controlen sus abusos.

La gente se pregunta si existen normas antimonopolísticas, o si los encargados de aplicarlas se hacen los de la vista gorda, para no mortificar a los dueños de la plata y el poder. O sienten temor a perder sus puestos por la presión de los vigilados, como ocurrió con el ingeniero Rebellón, cuando se atrevió a “parar” a la mal recordada Comcel, ahora Claro.

El ejemplo de lo que viene ocurriendo en el campo de las comunicaciones, nos permite comprender lo que sucede con los monopolios que saquean a los colombianos. Cuando existía Comcel, demandó a la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, por diferencia de tarifas por el uso de la red celular. 

ETB tuvo que pagarle a Comcel 134 mil millones de pesos por esa demanda, que ingresaron a sus arcas y se convirtieron en utilidades. La telefónica capitalina apeló el fallo que le había aplicado la sanción. Se fue al Tribunal Andino de Justicia y este le dio la razón, obligando a Comcel a restituir el dinero y prohibir a la multinacional monopolística cobrar tarifas diferenciales, para impedir así, que quien ostenta la posición dominante avasalle a sus competidores y de paso perjudique económicamente a los usuarios.

Contrario a lo que hizo la ETB, Claro no ha devuelto lo ordenado, mientras la empresa capitalina tuvo que incorporar esa suma a sus balances, con las obligaciones tributarias que ello genera. Claro ha acudido a todas las mañas, para evadir la obligación.

Claro se ha convertido en un deudor moroso del Estado, que aspira a participar en la licitación de la tecnología G4. ¿Podrá hacerlo, sin tener el paz y salvo, por ser deudor moroso de dineros públicos? Seguramente, porque es un monopolio sin control.

Además, como todo va hacia la conectividad móvil, si a Claro se le otorga la tecnología G4, la multinacional no quedará con posición dominante, sino exclusiva. ¡Y los usuarios paguen!

Es decir: todo marcha a favor de los monopolios.

 

Blanco.El freno que se aplicó a la Drummond para controlar los interminables daños ambientales.

Negro. Nadie entiende para qué sirven los días sin carro. ¿Habrá quién lo explique?

gabrielortiz10@hotmail.com