Mundo al revés
DefinitivamentE este mundo está al revés, y Colombia no es la excepción. Por ello, no debe extrañarnos el fallo del Tribunal Superior de Bogotá, cuando sorprende a la opinión pública lanzando al respetable expresidente Belisario Betancur a los lobos por un delito cometido por otros, ya juzgados y amnistiados.
Las instituciones judiciales ya deben entender que la polarización en que nos colocó el anterior Ejecutivo finalizó y hoy otros derroteros nos orientan frente a la independencia de los tres pilares del Estado.
Hemos seguido con detenimiento las investigaciones y averiguaciones sobre lo ocurrido con la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19. El expresidente y las Fuerzas Armadas se vieron obligados a actuar con firmeza ante tamaña amenaza. Era una situación confusa y sin parangón que permitiera actuar con alguna experiencia. Para algunos se podría haber actuado en otra dirección, pero el transcurrir de los años nos permite colegir que esa era la firmeza con la que se necesitaba manejar semejante asunto. Era difícil prever la demencia de unos terroristas, que no midieron los alcances de la tragedia que segó la vida de eminentes y humildes compatriotas.
El propio presidente Santos se puso al frente de una nación que pide justicia para su exmandatario y le pidió perdón por la afrenta de un Tribunal que, seguramente, no profundizó en el estudio de una sentencia poco ortodoxa. Sugerir que el doctor Betancur sea llevado ante la Corte Penal Internacional es una calenturienta inspiración.
El Presidente recordó a los colombianos los servicios que el expresidente le ha prestado al país a lo largo de sus 90 años y reiteró que “por eso más bien le pido perdón al presidente Betancur a nombre de los colombianos, que lo hayan puesto en esa situación nuevamente”.
Los fallos judiciales hay que acatarlos, pero cuando estos se salen tan desmesuradamente de las normas y la lógica, merecen un entredicho.
Y qué tal poner a nuestras Fuerzas Armadas a pedir perdón por los hechos del Palacio de Justicia, como si nuestros soldados hubiesen sido los culpables de semejante desafuero. Definitivamente algunos de nuestros jueces aún respiran resentimientos por la época pasada y espolean sin miramiento alguno, sin análisis objetivos.
Blanco. El éxito del Banco de Colombia con su emisión de acciones, colocadas en el mundo entero.
Negro. El incremento de los intereses que ponen a los exportadores en serias dificultades.