Son sólo dos años
Llegamos a este segundo año de gobierno del presidente Santos en medio de una serie de hechos reales y prefabricados, que obligan profundos análisis y medidas rápidas, porque son muchos los factores irreales que se agudizan con el apoyo de las redes sociales y, por qué no decirlo, de los adictos al poder.
Llovieron las encuestas fatales que hacen aparecer este mandato como uno de los peores de los últimos tiempos y, a estos 24 meses, como años perdidos, para ocultar lo vivido durante los ocho de falsos positivos, corrupción, AIS y las mil y una horribles noches.
Remediar en 730 días las anomalías heredadas es tarea de titanes que no habitan este mundo, así los áulicos de la extrema derecha, agazapados en un Puro Centro Democrático, le atribuyan a estos dos años todos los problemas recibidos y nuevos que afronta nuestra nación, no inmune a la crisis mundial que padece el planeta.
Hacinamiento en cárceles, ataques de la guerrilla que busca afanosamente sacar ingentes cantidades de droga, la acción de paras y bacrim, que extrañamente el anterior Gobierno les dio una especie de amnistía dejando su persecución en manos de la Policía y prohibiendo al Ejército meterse en el asunto, el microtráfico, los indígenas prohibiendo que la Fuerza Pública ingrese a sus territorios, los torpedos a la restitución de tierras, el desastre en la salud y la gran cantidad de herencias que afrontamos, son el caballito de batalla para desacreditar a Santos en estos primeros dos años.
Hay que dejar gobernar, hay que dejar actuar, hay que dejar avanzar hacia la modernidad, si es que queremos sacar a la Patria del caos en que la dejaron.
Ahora que Petro lanza la propuesta de rehabilitación de los drogadictos, que otros países han implantado con algún éxito, debemos tener en cuenta que si hubiera aparecido la fórmula mágica para lograrlo, ya se conocería. Por ello, el salto al abismo que dio el Procurador al insultar al Alcalde, diciéndole que “la fumó verde”, es un despropósito con ese antiguo aliado que votó su elección en el Congreso.
Parece que los adictos al poder también deben tener sus centros de rehabilitación, si es que queremos sacar el país adelante, para beneficio de nuestras gentes.
Blanco.La meritoria actuación de nuestros deportistas en los Juegos Olímpicos, que justifica el Ministerio del Deporte.
Negro. Por fin Claro recibe las sanciones merecidas.