Lo que en principio se suponía iba a ser una gestión del Ministerio de Agricultura, para "salvar" el Fondo Nacional del Ganado" FNG, tiene hoy día otros matices que es bueno poner en evidencia para que la opinión pública realmente llegue a sus propias conclusiones.
Si el ánimo era en esencia "salvar" el FNG, no se logró pues a la postre terminó en Liquidación por "Adjudicación" debido a una orden de la Superintendencia de Sociedades; medida sui géneris, que favoreció a los bancos acreedores y no propiamente al Fondo ni mucho menos a los ganaderos.
El señor Muñoz, encargado de llevar a cabo la liquidación, no le ha proporcionado explicación alguna a los ganaderos sobre el trámite que adelanta y más bien, de manera airada e inconsecuente, se ha negado sistemáticamente a reconocer algunos pagos sobre cuentas pendientes con los gremios y que corresponden a proyectos que venían ejecutándose.
Así mismo, luego de haberse desmantelado la estructura operativa del FNG, al parecer sólo se han dedicado recursos para atender los dos ciclos de aftosa, mientras los demás programas, dicen los afectados, se encuentran en una parálisis total.
No así, el recaudo de la cuota parafiscal que aporta de su bolsillo el ganadero, la cual se sigue cobrando por cada kilo de carne y litro de leche.
En ese orden de ideas, luego de decretada la liquidación o sea, durante los últimos seis meses de este año, esos dineros, que son de propiedad de los ganaderos y no del sector oficial, por decisión del Gobierno y no de los ganaderos, fueron a parar a una nueva cuenta denominada "Cuenta Nacional de Carne y Leche", cuyo administrador es el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, a través de un encargo fiduciario con Fiduagraria.
Así las cosas, al no autorizarse desembolsos para financiar la asistencia técnica y otras solicitudes de los ganaderos, distintas a la campaña de vacunación para el control de la aftosa y la brucellosis, va quedando un saldo inutilizado que representa un alto costo de oportunidad, y no como se quiere hacer creer que se trata de una gran economía, cuando realmente las necesidades del sector apremian.
Lo más grave, es que también se ha omitido reunir a la junta Directiva del Fondo Nacional del Ganado FNG, creada por ley como la máxima instancia jerárquica en el orden administrativo, la cual no ha sido consultada.
Los dineros no fluyen, motivo por el cual ni siquiera el Consejo Nacional Lácteo ha recibido el aporte que requiere para operar, ni otros programas como la Fase II de Calidad de la leche y las Alianzas productivas han podido llevarse a cabo.
Ahora bien, se dijo que el Ministerio de Agricultura intervendría el FNG solo por seis meses, tiempo que tiende a ser mayor debido a las reiteradas modificaciones del cronograma de la licitación para la adjudicación de la administración del mismo. Quizás esperando a que la Nueva Federación, actualmente en formación, y creada en medio de todo este maremágnum, quede lista para asignársele tal función.
Y mientras eso sucede, los ganaderos deben resolver entre asistir el 29 de noviembre en Bogotá, a la convocatoria de la Nueva Federación de Ganaderos NFG, reunión que se anuncia será instalada por el Ministro Iragorri y clausurada por el Presidente Santos; toda vez que goza de las simpatías del Gobierno o concurrir el 1 y 2 de diciembre a Barranquilla, a la Asamblea General de la Federación Nacional de Ganaderos de Colombia, Fedegan, fundada desde 1964 y anterior administradora del FNG.
Lo cual podría entenderse, como un pulso entre el Sí y el No, tanto en lo político como en la perspectiva de la administración de la parafiscalidad.
Sin embargo, hay otras asociaciones de ganaderos tan representativas como serias, dispuestas a no ir a una ni a otra, conservando una posición ecuánime, confiable, autónoma y serena, por el respeto mismo a los fines gremiales que las inspiran.