Campeón Brasil, ganó Colombia
“Deja una serie de hechos positivos dignos de recordar”
TERMINÓ el Mundial Sub-20 dejando una serie de hechos positivos dignos de recordar para solaz del país, alegría general y satisfacción de muchos. Ya lo habíamos expresado en nota anterior anticipándonos al éxito en seguridad, soportado en los preparativos, la instrucción y otros aspectos que se tuvieron en cuenta de cara al compromiso, como la disposición anímica del personal destinado al cubrimiento del evento; es el momento de hacer un reconocimiento al general Naranjo, quien acertó entregando la responsabilidad al general Roberto León Riaño, objeto de nuestro aplauso ante su dedicación y entrega logrando del personal un servicio depurado, firme e idóneo; nos debemos sentir honrados por el profesionalismo de la Policía Nacional.
Punto especial merece nuestra ciudadanía y en concreto la afición, que colmó los estadios; primero por la masiva asistencia respondiendo al llamado de los organizadores, y segundo por el comportamiento en los escenarios, donde mostró cultura deportiva, respeto hacia los jugadores, orden en desplazamientos, ubicación y acato a las autoridades, en verdad se pone uno optimista sobre el futuro del país en eventos deportivos de este tenor. Otra estrella se la llevan los medios de comunicación, con un cubrimiento permanente efectivo y acertado, permitiendo al país seguir minuto a minuto el desarrollo del evento, mostrándose imparciales a pesar de sus simpatías por este o aquel equipo, manteniendo neutralidad aun ante la eliminación del combinado patrio, prosiguiendo su trabajo con igual o mayor empeño; sentaron cátedra nuestros comunicadores.
Hablemos de los organizadores, empezando por agradecer a la FIFA esa oportunidad y confianza depositada en el Gobierno, los directivos y el país mismo, al entregar a Colombia la organización del Mundial Sub-20, probablemente midieron nuestros recursos humanos, abonándonos suficiente capacidad de convocatoria para un evento de estas dimensiones, y con seguridad no los defraudamos, tanto así, que en las declaraciones de los dirigentes está implícita la posibilidad de tener a nuestro país como anfitrión en futuros eventos mundiales. No se equivocan, pues ya adquirimos experiencia y tenemos mayoría de edad, para aceptar otros compromisos con la seguridad de salir airosos como hoy lo estamos haciendo. No puedo dejar de lado la ceremonia de clausura, planeada y desarrollada con todo el cuidado del caso, iniciando por el momento escogido, una duración respetuosa, sin abusar de los asistentes, el colorido espectacular y los juegos pirotécnicos propios de profesionales del oficio, las coreografías muy adecuadas y lo más importante simétricas, acompasadas, ágiles a morir, fue una hermosa expresión de pólvora, luz y movimientos.
Ha pasado el momento y debemos retornar a la realidad, hay compromisos ineludibles para el país, el Gobierno y las autoridades, debemos darle la cara a las elecciones asegurando unos comicios pacíficos, tan exitosos como nuestra inolvidable Copa Sub-20.