Israel fue noticia recientemente por la tragedia en el monte Merón, que dejó 45 víctimas fatales. Esta es la catástrofe civil o el desastre antropogénico más grande en toda la historia del Estado hebreo. Además, este fue el mayor evento realizado en Israel desde el inicio de la pandemia. Ahora bien, una nueva escalada bélica que intensifica la tensión entre Israel y Palestina es lo que le sigue al desastre de Merón. 

Israel, que encabeza la lista de mejor gestión de la pandemia a nivel mundial y que ostenta al momento la totalidad de la población vacunada, pudo retomar la normalidad y empezar a recuperar la economía, que como en todas las naciones ha sido la más afectada.  

Sin embargo, una nueva “intifada” se empieza a dilucidar en la nación judía ya que Hamás, que es un grupo yihadista, nacionalista e islamista, y por encima de todo terrorista, se ha empecinado en atacar con fervor como su nombre en árabe lo indica a ciudades como Ashkelón, Ashdod, Rishon, Holon, Jerusalén y Tel Aviv.  

Así bien, 137 proyectiles de Hamás han logrado impactar territorio israelí en solo 5 minutos, lo cual es una cifra récord en la historia del conflicto árabe-israelí. De hecho, el aeropuerto Ben Gurion, fue de nuevo clausurado (pues estuvo cerrado a razón de la crisis sanitaria) por prevención a nuevos ataques, debido a los proyectiles que lanzaron a las pistas. 

A pesar de la ofensiva de Hamás que ha llegado hasta el momento a disparar más de 200 cohetes, es la Cúpula de Hierro, la gran ganadora y defensora de Israel. Este sistema antiaéreo de defensa israelí intercepta a los proyectiles enviados desde la Franja de Gaza, que a la postre mantienen a salvo la integridad de los israelís y asimismo la infraestructura de las milenarias, pero modernas ciudades.  

Ahora Netanyahu ha advertido a Hamás incrementar los ataques aéreos en la Franja de Gaza, pues cruzaron “la línea roja”. Israel derribó unos edificios que operaban como centros operacionales de los terroristas. Digno de mención, las Fuerzas de Defensa de Israel avisaron de manera anticipada a los habitantes dl lugar que despejaran esta zona.  

Netanyahu también advirtió a Hamás y la Yihad islámica, sobre que “pagarían un precio muy alto”. Aunque, no son los ataques con cohetes lo más preocupante, pero sí; que turbas árabes que habitan en Israel protagonicen desmanes y enfrentamientos con la policía y civiles. Es decir, que se acrecienten los enfrentamientos dentro del territorio israelí. 

Del mismo modo, Hamás amenaza con quemar ciudades israelís y lo que se atraviese, pues han vandalizado sinagogas, edificios, automóviles, etc. Como “Espada de Jerusalén”, Hamás ha bautizado esta nueva escalada (sin precedentes desde el 2014), y el Tzáhal llamó a la operación defensiva “Guardián de las Murallas”.  

De igual forma, Netanyahu de cara a las elecciones, aprovechará la situación para intentar continuar en el gobierno y seguir trabajando con sus rivales políticos, tales como: Benny Gantz y Naftali Bennett, para contrarrestar el ascenso del centrista Yair Lapid.  

Hasta el momento el conflicto deja 58 muertos del lado de Hamás y 5 en Israel. Según Tor Wennesland de la ONU, puede darse una “guerra a gran escala”.   

@rosenthaaldavid