GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 6 de Enero de 2013

Evolución

 

Alberto  E. Asseff tiene presente la Argentina de la colonia española y de los siglos XIX y XX en su obra Proyección Continental de la Argentina de la Geohistoria a la Geopolítica Nacional (1980). La creación del Virreinato del Río de la Plata respondió a la necesidad de enfrentar el avance lusitano y, en términos actuales, lo integraron Argentina, Uruguay, Paraguay y el Alto Perú que corresponde hoy a Bolivia. Parece, con dicho autor, que Lord Ponsomby fue un personaje discutible relacionado con la separación de la República Oriental, respecto a la Argentina, y algo similar tuvo que ver en Bélgica. Quien escribe, como estudiante de postgrado en economía, en The University of Pennsylvania, Filadelfia, EE.UU., entendió en un curso sobre desarrollo económico que la Argentina fue uno de los países privilegiados, en tal sentido, a nivel mundial, durante el siglo antepasado e inclusive Uruguay estaba cerca. Se sabe que la posición señalada se tradujo en la ubicación en la cima en el XX      para EE. UU, Francia, Gran Bretaña y Alemania. No fue así con la Argentina que mantuvo primacía sólo en la América Latina, según Asseff, hasta la década de los treinta del siglo pasado por encima de Brasil y México y Colombia podría haber reducido la diferencia (lo mismo con Venezuela); considérese que nuestro país ha perdido alrededor de dos puntos porcentuales anuales de crecimiento del Producto Interno Bruto durante el conflicto interno armado que lo aqueja por aproximadamente medio siglo y tal factor juega al interés compuesto. Puede pensarse, también como hipótesis, que el esplendor argentino se mantuvo hasta la segunda Guerra Mundial y que la decadencia coincide con la primera presidencia de Perón.

Asseff propone un esquema geopolítico evolutivo que arranca del reemplazo de Buenos Aires como capital de la Argentina, sigue con el fortalecimiento del Cono Sur, infraestructura hacia la Amazonia, triángulo determinante en Suramérica con Caracas en uno de sus vértices y realce de Hispanoamérica. La predicción del autor argentino tiende a cumplirse en lo general mas no en su patria, puesto que no se ha modificado el estatus de Buenos Aires. Asseff cree que el pensamiento geopolítico deja que desear en la Argentina y cita diversos ejemplos, aunque no formula críticas fuertes. Los entendidos en tal materia son, en su opinión, los estadounidenses, brasileños y chilenos.