GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Julio de 2012

Interpretación

El coronel (r.) Carlos Alfonso Velásquez comentó, en artículo “La seguridad nacional a través del tiempo”, el capítulo “A. Las políticas de seguridad en Colombia: aciertos y desaciertos estratégicos” contenido en Las Políticas de Seguridad en Colombia. Desde el Frente Nacional hasta nuestros días (abril, 2012, Policy Paper) auspiciado por la Corporación Siglo XXI y la Fundación Konrad Adenauer. No advierte al lector que él mismo es el autor del segundo texto y se le felicita por tratar un asunto del mayor interés, cual es el grado de excelencia con que se ha conducido el conflicto interno armado por parte del Estado.

La materia le concierne a cualquier colombiano independientemente de ser experto, o no, en cuestiones políticas y militares y, en especial, de táctica y estrategia asociadas, en nuestra mente, con los temas bélicos. En este contexto, el exmilitar pone énfasis en que lo político y lo militar han de ir juntos con predominio del primer criterio y que, de no ser así, la contienda considerada se demora más de lo que debiera. El desajuste referido se denomina fractura estratégica.

Velásquez señala que, a partir del Frente Nacional, se han diseñado y ejecutado seis Políticas de Seguridad Nacional sin el seguimiento pleno de la regla esencial indicada por lo cual se deduce que, pese al curso estratégico favorable del conflicto, éste se habría prolongado en exceso. Lo dicho recuerda otra idea: el Estado y la subversión han desaprovechado ocasiones para lograr la paz. Agrega que el sector militar no debe incursionar en el civil, en particular al tratarse de un país ubicado como Estado Social de Derecho con régimen democrático. Otra norma: la legitimidad es un objetivo central y decisivo.

Se plantearán, en este y próximo escrito, aspectos puntuales comenzando por la gestión del presidente Samper. El autor considera que es el momento más grave de la fractura estratégica y de la legitimidad del Estado como consecuencia del Proceso 8000. Sin embargo, estima que “el vacío estratégico trató de ser llenado por el general Bedoya, quien con una visión política equivocada derivó una estrategia militar del mismo cariz”. Luego cita los descalabros de Las Delicias, La Carpa, San Juanito, Patascoy, El Billar y Miraflores. ¿Hubo deficiente conducción militar del conflicto? Vale la pena conocer un documento sobre la evolución de estos choques con las correspondientes conclusiones y lecciones.