Guillermo León Escobar | El Nuevo Siglo
Martes, 18 de Noviembre de 2014

“En tablas de conclusiones solamente destacan los aplazamientos”

 

Reuniones para “postergar”

 

El nuevo desorden internacional

 

Uno  pierde la memoria y el detalle de los eventos cuando las noticias sobre ellos son tan repetitivas que ya se sabe cómo se van a estructurar para que lleguen a la opinión pública.

Todavía se recuerdan las primeras reuniones de los por entonces llamados los “dos imperialismos“ y el pequeño dejo de esperanza que despertaban aquellos que luego de unirse para derrotar el fascismo se evidenciaron como enemigos irreconciliables que irían a prolongar las ”muertes ordinarias“ de quienes llegaron víctimas de ideas no comprendidas a los camposantos. Luego fueron “los Cuatro Grandes“ y hoy se testimonian innumerables reuniones de 8 y hasta de 20 que pueden convertirse en 22 y más según ameriten las invitaciones.

Y se producen de ellas noticias que viéndolo bien no son ya noticias para quienes pasan de los 50 años de edad porque al nivel de los “buenos propósitos“ son ellos siempre los mismos. En las tablas de conclusiones solamente destacan los aplazamientos Por ejemplo, desde Josué de Castro se vienen colocando fechas para la eliminación del hambre y ahora se acaba de postergar de nuevo su cumplimiento. Lo mismo acontece con los temas de la ecología. En definitiva son reuniones para “postergar“ la satisfacción de los buenos deseos que constituyen el derecho obvio de todo ser viviente en especial de la persona humana.

Lo otro importante de esas reuniones es el tesoro semántico que encierran “los nuevos eufemismos“ de los que sería interesante realizar un diccionario para detectar la ingenua maldad de economistas y expertos en geopolítica para re-nominar fenómenos tan simples pero vergonzosos como son el asesinato de inocentes que hoy califican como “efectos colaterales“, recurso que aleja de la conciencia denominaciones incómodas.

No se puede, por ejemplo, ocultar la sonrisa con aquella realidad dura que señala que la primera plata que se pierde es la de los pobres. (”Si eso no hubiera sucedido lo hubiéramos invertido en salud y demás que por culpa de esas circunstancias tendremos que postergar“). Y grave es para las generaciones que se preguntan ante las reformas si su vida sucede en el “corto“, el “medio“ o el “largo” plazo o si para el cotidiano vivir algo significa el éxito macroeconómico que no se refleja en la “microeconomía“ que es la que permite comer, tener vivienda, pagar pequeñas satisfacciones y llegar a la casa con la convicción de haber ganado por su propio trabajo un sueldo y sentir que su dignidad no es un valor agregado por las circunstancias.

Por eso es de aplaudir esa política social que en su momento enunció el presidente Misael como “frente social, objetivo el pueblo“ y que en definitiva crea la legitimación de los gobernantes. Juan Manuel Santos lo está realizando con la certeza de que el camino del bien común pasa por la justicia frente a la Tierra, por la vivienda popular y la disminución del desempleo que son aquellas circunstancias objetivas que abrirán caminos a la paz.

guilloescobar@yahoo.com