GUILLERMO LEÓN ESCOBAR | El Nuevo Siglo
Martes, 18 de Diciembre de 2012

La urgencia de la paz

 

Como  cada año por estas fechas los Papas  -desde Paulo VI- acostumbran enviar por anticipado el texto que harán público el 1 de enero, día de la jornada mundial por la paz, a fin de que los gobernantes conozcan el pensar de la Iglesia  antes de los consabidos mensajes de buenos deseos que caracterizan la finalización de cada año y el inicio de uno nuevo y para que los  ministros de la Iglesia habiéndolo leído fundamenten sobre él en las homilías  la necesidad de un encuentro  de aquellos hombres “de buena voluntad” como rezaba el antiguo texto de la estrella de Belén. El más famoso de esos textos fue el de Juan Pablo II en 1998 al diseñar como derecho fundamental el de la paz. Benedicto ha escrito ahora un texto semejante en su importancia  bajo el título de “Benditos los operadores de paz” en donde se alindera con quienes saben respetar la vida desde su origen en todas sus circunstancias sobre todo en la defensa de la vida del más débil entre todos los inocentes que es la vida próxima a venir. Y lo refuerza con la insistencia en defender la familia que es donde se educa para el vivir y para el respeto a la vida ajena.

El mensaje es además importante por ser homenaje a la  encíclica de Juan XXIII presentada en plena guerra fría bajo el título de Pacem in Terris que causó tantas controversias que recordaban aquellas de Benedicto XV cuando  advertía a los dirigentes del mundo sobre las consecuencias que traería la primera Guerra Mundial. Entonces se llegó al único acuerdo previo entre los enemigos para designar al Papa como el “estúpido más grande” por no reconocer que el conflicto es el gran motor de la historia. Al final sobre la tumba de los muertos le dieron la razón al Pontífice pero bien se sabe que razón de político es razón tardía.

Ahora regresa el Papa con la afirmación de que la Paz no es una utopía ni un sueño (a lo mejor para estar de acuerdo en que hoy día -como afirmaba persona ilustrada- los sueños no se realizan sino se roncan) sino algo que se puede lograr si se tiene en cuenta que ella es un don de Dios que requiere de nuestro aporte y ese ha de ser en primer lugar el reconocimiento integral de que la vida no es negociable; que es preciso educar para la paz en las instituciones y que además urge diseñar un nuevo modelo de desarrollo y una nueva economía ya que ésta ha fracasado en ser alternativa de humanidad y ha de trabajarse en cambio con la certeza de que la dignidad de la persona se manifiesta en la compartida calidad de vida de seres orgullosos de su humanidad que no se contentan con percibirse tan solo como simios exitosos.

Bien lejos de la verdadera paz está la que se discute en Cuba pero en cambio bien orientados los pasos de algunas de las reformas sociales que se han emprendido.

guilloescobar@yahoo.com