El nuevo gobierno de Petro, a través de su ministro Ocampo, ha dicho en todos los tonos, que se requiere una reforma tributaria de impajaritables 25 billones de pesos para atender las necesidades de un país, que recibió la olla raspada del anterior gobierno.
El titular de Hacienda recibió, durante la asamblea de la Andi, un reconocimiento, cuando advirtió que la reforma sería ampliamente discutida en su articulado, más no en su monto. Andi, Anato y los sectores de gas, minero, petrolero y turístico, cambiaron de posición y precisaron que, si se aprueba, sin cambio alguno, convertiría a Colombia en el país menos competitivo de la OCDE, porque la tarifa de renta combinada sociedad-socio, pasaría del 41.5% a 60.4%.
Son alarmas preocupantes que prenden los empresarios para poder rescatar la economía, agravada por el absurdo crecimiento de la deuda, la inflación, la disparada de las tasas de interés, la incalculable corrupción y demás desbarajustes. Nadie llegó a explicarse la profundidad de los aljibes a los que hemos descendido.
La pobreza a velocidades incalculables, el desempleo que no cabe en calles, avenidas y semáforos, la criminalidad que azota a nuestra población urbana, las guerrillas y paramilitares en poder del narcotráfico, la crisis de la famosa “paz con legalidad”, amén de la corrupción que, como una telaraña, cubre los cuatro puntos cardinales.
Todo este estado de cosas nos obliga a tomar las riendas de inmediato para encontrar fórmulas racionales que, desde ya, abran las rutas de escape hacia el futuro amigable, correctivo y próspero.
No podemos perder competitividad ante el impacto tributario de la reforma y la crisis de la olla vacía. Debemos entonces realizar reingenierías y creatividad al manejo de nuestra economía. Plata hay, recursos hay, dirigentes hay, fuerza laboral abunda y ganas nos sobran para salir maletín en mano a buscarlos y aplicarlos.
La Dian debe formar un ejército de funcionarios buscando, cobrando y sancionando a los evasores. Petro y sus inmediatos asesores, a firmar disposiciones encaminadas a eliminar nóminas paralelas, la Procuraduría a poner oficio a los 2.000 empleados que hizo nombrar, en época electoral, para buscar corruptos, con sus testaferros y parientes que anualmente se apoderan de más de 80 billones de pesos en contratos sobre medidas que se hacen adjudicar. Cosa igual debería emprender la Fiscalía. Se debe poner coto a los millares de vehículos blindados de funcionarios oficiales y parlamentarios, incluyendo el enjambre de guardaespaldas y costos de gasolina y mantenimiento.
Esta es una pequeña muestra de lo que se puede ahorrar para posponer la reforma tributaria y suspender la persecución a los pensionados que se calculan en solo 1.000 servidores que ahorraron durante una vida para poder sobrevivir los pocos años de vida que les restan antes de pasar a la funeraria Gaviria.
BLANCO: La perentoria advertencia del gobierno a los invasores de tierras que pueden malograr la reforma agraria que plantea la ministra López.
NEGRO: Muchos se preguntan si el Deportivo Cali se retiró del fútbol.