El ambiente político se sacude por la intervención de la empresa transnacional brasileña Odebrecht en las elecciones presidenciales de 2010 y 2014: hecho incontrovertible con el corolario de ilegalidad. Oscar Iván Zuluaga, uribista reconocido, pospuso su aspiración presidencial para 2018-22 hasta tanto se aclare su situación y es un gesto loable. Juan Manuel Santos solicitó se juzgue el proceso que lo eligió presidente de la república en 2010 bajo el padrinazgo uribista: factor encomiable. El ex presidente Álvaro Uribe Vélez comparte, sin duda, estas actitudes y su evolución hasta los resultados finales y sus compatriotas están de acuerdo en el examen riguroso de lo ocurrido en las elecciones de 2010 y 2014.
Es deseable que el concepto de responsabilidad política adquiera validez y así la crisis señalada sería positiva e involucraría a Uribe con Santos en 2010. Los antecedentes citados, identificados hace poco, justifican, de modo inesperado, un criterio personal y antiguo: no votar a favor de Uribe, Santos y uribistas e influyó, en el primer caso, el deseo de reelección prolongada.
Sin embargo, conviene citar un aspecto adicional: Santos tiene imagen desfavorable inmerecida en su magnitud, lo cual prueba la eficiencia de la oposición uribista y, además, en la política actual rige la mentira que debe enfrentarse, es decir, vale la pena precisar lo que es verdad, criticable y digno de aplauso en la actual gestión presidencial y la casi olvidada inclinación matemática induce a la aproximación al cálculo algebraico determinando un saldo positivo o negativo sin olvidar el elemento decisorio fundamental: legalidad versus ilegalidad y se presentarán argumentos de Mauricio Cárdenas, Ministro de Hacienda, Mauricio Rodríguez Múnera y Ana Fernanda Maiguashca, codirectora del Baco de la República, que influyen en los ángulos económico y social (se tiene reservas en ciencia, tecnología e innovación), aparte de algo innegable: el aporte de Santos y su coalición al avance en la consecución de la paz interna.
Por último, se sugiere convocar expertos en administración de empresas para estructurar las campañas presidenciales y evitar las fallas identificadas bajo las directrices pertinentes en lo legal y político, o sea, los aspectos principales y hecho interesante: Alfonso Gómez Méndez comparó, en el programa televisivo Semana en Vivo, los hechos comentados con las elecciones de 1970 y la “derrota” de Rojas Pinilla.