El exmagistrado, doctor José Gregorio Hernández, en El Nuevo Siglo, escribe bajo el título: “Sentido Humanitario de la pena”. Sobre la finalidad de la pena, ha sostenido la Corte Constitucional que “tiene en nuestro sistema jurídico un fin preventivo, que se cumple básicamente en el momento del establecimiento legislativo de la sanción (…); un fin retributivo, que se manifiesta en el momento de la imposición judicial de la pena, y un fin resocializador que orienta la ejecución de la misma, de conformidad con los principios humanistas y las normas de Derecho Internacional adoptadas”.
Creo, es un concepto motivado por las diferentes reacciones que muchos colombianos han expresado sobre la decisión del Tribunal Superior de Bogotá, consistente en condenar a 63 meses de cárcel a la reconocida influencer Daneidy Barrera Rojas, más conocida como “Epa Colombia”.
Los usuarios de Transmilenio, pudimos observar con dolor en el corazón, cómo esta joven, con un espíritu satánico, destruía con un martillo, los equipos y estructura de las instalaciones de una estación de Transmilenio, servicio público que es utilizado por la mayoría de personas, que diariamente se dirigen a sus lugares de trabajo y a sus actividades particulares.
Vale anotar que diariamente se movilizan por este servicio más de 500 mil usuarios, la mayoría de ellos pertenecen a clases populares, apenas subsisten medianamente con dos comidas diarias, muchos comienzan el día con un tintico, que pagan con unas monedas a un vendedor ubicado en la esquina del barrio, que también madruga desde las 4 de la mañana, para obtener unos pesitos, que naturalmente serán el mínimo sustento para su familia en el hogar humilde donde reside.
Contabilizando el valor de los daños que ella mujer causó a una estación de Transmilenio, la cifra puede calcularse en $1.200 millones, suma que sale del bolsillo de Juan Pueblo, jamás proviene de donaciones, ni por obra y gracia del espíritu Santo.
Los costos de los daños se multiplicaron, pues los vándalos desquiciados que siguieron el mal ejemplo de ‘Epa’, destruyeron más estaciones de Transmilenio, las cuales quedaron completamente inservibles, perjudicando en mayor grado al pueblo.
Sin embargo, muchos incautos salieron a las calles a protestar contra la decisión del Tribunal Superior de Bogotá, con el argumento de que la justicia era sólo para los de ruana, pues a la ‘bella Epa’ ni siquiera se le debía tocar con el pétalo de una rosa, ya que delincuentes de cuello blanco, ni siquiera son amonestados, por haberse robado miles de millones de pesos.
Creo que es una protesta populista, porque a pesar de que la justicia no actúe para todos por igual, que sabemos es una realidad, no quiere decir que nuestra querida Epa esté libre de pecado, ya que los daños causados repercutieron en todas las clases sociales, afectando la economía y el bienestar de pobres y ricos.
Claro que las sanciones no deben ser colectivas, pero como decía mi abuelo, a cada uno le llegará su San Juan.