HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Domingo, 28 de Abril de 2013

Globalización del Derecho

 

Querámoslo  o no, el derecho es la fuerza más trascendental en la vida de los pueblos. Basta con decir que todas las revoluciones del mundo se han hecho por falta de justicia. En un ambiente de derecho nos movemos, nos agitamos y somos. Todo el impulso de  protesta, que a veces conduce a los peores desmanes y a los más crueles episodios, se calma y se torna en quietud, cuando la confusión se convierte en derecho. Las normas jurídicas son condensación  de justicia, libertad, igualdad, equidad, de todos aquellos valores  que el hombre después de dura lucha,  convierte en fórmulas de convivencia civilizada. La revolución de hoy será la legislación de mañana; está a su vez puede ser removida por nuevas normas expedidas por el congreso.

Germán Cavelier maestro en Derecho Internacional, catedrático, tratadista y pionero en el campo jurídico de Marcas y Patentes, supo imponer en Colombia una normatividad acorde con la incontenible globalización del derecho mercantil. El exministro de Hacienda, Hugo Palacios, leyó un macizo ensayo sobre Germán Cavelier, al celebrase los primeros 60 años de existencia de la firma Cavelier Abogados. Impactaron los excelentes discursos de Agnes de Cavelier y Adriana Zapata.

Colombia y los países tercermundistas apenas despertamos hacia el fantástico mundo internacional. Hemos vivido ensimismados, hacia adentro, dominados por el provincianismo. Comentemos un detalle.

En Europa para ejercer un alto cargo se exigen muchos conocimientos, amplia experiencia y dominar, mínimo cuatro idiomas. En el subdesarrollismo  todo es a dedo, o lo que es lo mismo, la politiquería. El nepotismo y la mezquindad lo domina todo.

El aislamiento es lo normal. Los mismos diplomáticos son escogidos, no para prestarle servicios a Colombia, sino para pagarle servicios electorales a los caciques.

Lástima que hombres tan iluminados como Germán Cavelier no hayan sido aprovechados para ejecutar obras colosales en beneficio del país. Aunque su desempeño fue extraordinario, él, con su visión gigantesca, con su vocación de estudio y con su capacidad ejecutiva, ha podido realizar cosas impresionantes. Hechos, como éste que estoy comentando, explican el que sigamos un poco lentos en el avance, en el progreso y la conquista de los grandes espacios políticos, culturales, financieros y económicos. El hermano de Germán Cavelier, Dr. Jorge Cavelier, quien falleció hace poco, supo situar a la Clínica de Marly entre las mejores de América. Esto indica que se trata de una familia excepcional. Fueron personas tocadas por el dedo de Dios. Veían mucho más allá que la gente del montón. Son estos valores sobresalientes  los que marcan a los pueblos, los que jalonan y sacan la historia adelante con orgullo, con pujanza y con satisfacción de todos los compatriotas.

Aunque Churchil repetía que la política se inventó, no para que los pueblos vayan al cielo, sino para evitar que vayan al infierno, sería sorprendente, si a Colombia la enrutaran hombres como los Cavelier, nacidos para iluminar, orientar, triunfar y honrar a la familia humana.