Horacio Gómez Aristizábal | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Junio de 2015

El dinero y la sangre azul

 

Se cuenta que el aguerrido capitán Califa Moizz, al ser interrogado por sus abolengos, respondió con arrogancia, mostrando su espada invicta: “Este es mi blasón”.Luego, arrojando rutilantes monedas de oro, sobre una mesa enorme, agregó: “Estas son mis pruebas. La anécdota la trae en su libro: Blasón y linaje de la familia Mojica. El rector y fundador de la Universidad del Meta, humanista Rafael Mojica García. Afirma que hasta en el cielo existen las jerarquías: arcángeles, ángeles y querubines. Platón y Aristóteles repetían que unos hombres nacen excepcionalmente privilegiados, desde el punto de vista intelectual, moral, social y económico. La estratificación en clases de la sociedad, desde la infancia del mundo, nadie la puede negar. En Atenas existieron los empatridas, en Roma los patricios, en España los hijodalgos, en Inglaterra los gentleman; están los dignos, los superiores, la virtud, el valor, la lealtad, la inteligencia, la sabiduría, por encima del vicio, la traición, la indolencia, la deshonestidad, el crimen, el odio, la envidia.

Todo esto se me ocurre al leer la voluminosa y lujosa obra elaborada por el muy reputado intelectual Miguel Álvarez de los Ríos, titulada: Eastman. Una honrosa estirpe. Son 300 paginas -formato para leer en atriles- que se habla más de hechos cumplidos, resultados y aportes a Colombia, por parte de los Eastman, que de aspectos vanidosos o frívolos. Álvarez de los Ríos les da categoría, altura y trascendencia a los temas que investiga. Es todo un estilista. La amenidad cautiva. Entre los valores recientes de esta egregia estirpe podemos destacar a Jorge Mario, siete veces encargado de la Presidencia y Gustavo, empresario exitoso, con gran contenido intelectual, fundador de universidades prestigiosas y creador incansable de fuentes de trabajo, a todo lo largo y ancho del país. Ricardo Eastman fue columnista muy denso de algunos periódicos y escribió libros  fundamentales. Se desempeñó como embajador en Rusia. Martha Lucía se educó en España y es toda una autoridad en protocolo, con numerosos volúmenes escritos, libros de consulta en la materia. No solo es importante la sangre en el caso de los Eastman;pienso que lo perdurable en este apellido es lo que modernamente se llama la aristocracia de la inteligencia.

Después de la Revolución Francesa se habla de una muy ambicionada “igualdad en todos los órdenes”. Pero lo que prevalece es una gigantesca desigualdad, alimentada básicamente por el dinero. El dinero es la llave de toda posesión. Excita el deseo, lo transforma en necesidad, suscita el anhelo de ubicarse mejor a como dé lugar. El dinero provoca el orgullo, el machismo. Alza los hombros de unos contra otros, desnuda los instintos de goce y de lujuria. Mediante el dinero el fuerte aplasta al débil y encuentra a causa de él, otro más fuerte que lo derriba. La ley del dinero no tiene corazón. El dinero pone traba a la fraternidad entre los hombres. El dinero no nos hace libres siempre. A veces es el peor obstáculo para la libertad. Montalvo dijo: “¡Señor dadme, pero no demasiado, no sé que después pueda renegar de vos!”.