JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR | El Nuevo Siglo
Jueves, 27 de Diciembre de 2012

Conductores ebrios

 

Llamó  la atención  este  fin  de semana la noticia en el municipio de Sabaneta, cuando unas personas en alto estado de embriaguez, que se desplazaban en un vehículo automotor, se opusieron al procedimiento policivo y luego se fugaron del lugar donde les harían la prueba de alcoholemia. Pero más sorpresivo fue el hecho de que la dama acompañante, en su beodez,  amenazase a los agentes del orden con  un supuesto conocimiento del suscrito, buscando amedrentarlos de alguna manera.

Por supuesto  que, no conocemos ni a la dama ni a sus acompañantes y si los conociéramos, tampoco hubiéramos hecho nada por impedir la acción de la autoridad. Por el contrario, somos críticos de la falta de estrictez como se maneja a veces en nuestro país el tema de los conductores embriagados.

En Colombia hay más muertes a causa de conductores embriagados que  por acciones del terrorismo. Los conductores ebrios son un flagelo mucho mayor y más destructor, es lo que indican las cifras.

Se trata de una falta de cultura y de  relajamiento de los deberes sociales; el alcohol y sus efectos están dejando más víctimas que el terrorismo de los grupos al margen de la ley. Claro que hay que combatir el terrorismo, como lo venimos haciendo, pero las políticas estatales contra los conductores ebrios deberían ser más drásticas y más eficaces.

La Corte Supremade Justicia dio un trascendental paso adelante hace algún tiempo, cuando consideró  en una polémica sentencia, que el conductor embriagado que atropelló  y causó la muerte de una persona, no se encontraba frente a un delito de homicidio culposo, sino doloso, y que en ese caso, el conducir embriagado había configurado un dolo eventual.

AsÍ que, ojalá encuentren a esas personas que estaban infringiendo las elementales normas de convivencia social, muy frecuentes por esta época de festividades de fin de año y de mi parte, ya que me invocaron en el procedimiento, que el peso de la ley caiga sobre ellas con toda la drasticidad que es legalmente posible.