JAIME PINZÓN LÓPEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Septiembre de 2013

No podía ser y fue

 

Incluyo  predicciones de tiempos no tan lejanos, con la invitación a los lectores de tenerlas en cuenta, para no equivocarnos en las que hagamos ahora, en especial sobre los diálogos de paz:

En 1910, el mariscal Francés Ferdinand Foch declara que los aeroplanos son “juguetes” sin valor militar; la revista ´The Independent afirma que la novedad del cine pasará en unos años. “El caballo permanecerá, el automóvil no. Por eso “no invierta en  la Ford Motor Company”, le aconseja su banquero a Henry Ford.

En 1920, el ministro Inglés David Lloyd George opina que, gracias al Tratado de Versalles, suscrito el año anterior, “se ha creado un orden internacional perdurable que elevará a la humanidad al más alto plano” y los anunciantes señalan que sería  absurdo emitir por radio anuncios publicitarios.

En 1930, Louis Jean Lumiere, coinventor del primer proyector de cine, dice: “Las películas sonoras son un invento interesante pero no estarán de moda durante mucho tiempo”¨.

En 1940, el ministro nazi, Richard Walther Darre, comenta la declaración de guerra de Inglaterra y Francia a Alemania: “Estados Unidos está tan desmoralizado,  que no lo consideramos adversario militar”.

En 1950, expertos consideran que la marca del atleta sueco Sueter Haegg,  no podrá ser superada porque un corredor moriría en el intento.

En 1960, el derrocado presidente de Cuba, Fulgencio Batista, desde el exilio, da a Fidel Castro “no más de un año en el poder”. 

En 1970, “aun cuando hay bastantes tarjetas de crédito su difusión no tiene efecto significativo”, reporta un  portavoz de la Reserva Federal de los Estados Unidos.   

En 1980, casas disqueras confirman que los discos de vinilo de 33 1/3 revoluciones, seguirán siendo el mejor sistema auditivo de reproducción musical.

En 1990, Un grupo de inmunólogos anuncia el  fármaco, con el cual desaparece la calvicie porque evita  la conversión de testosterona en DHT, destructor de las glándulas capilares.

En el 2000, la mayoría de los católicos del planeta concuerda en que no habrá Papa americano en los próximos lustros.  

En el 2013, en La Habana, conversan guerrilla y Gobierno a la búsqueda de la paz en Colombia. La paz no es fruto de la impaciencia pero tampoco de diálogos ilimitados en el tiempo. Se trata de habilidad y flexibilidad. Como lo señala el expresidente de Costa Rica y Premio Nobel, Óscar Arias, “los encuentros han debido iniciarse  con un alto el fuego. Se requiere hidalguía y sensibilidad histórica”. Sin embargo, mantenemos la esperanza en los esfuerzos que se realizan. Muchos años llevamos en medio de un conflicto que puede superarse con ajustes sociales, igualdad, equidad, participación política, marco legal democrático, justicia social, civilización. La paz en Colombia no vendrá de afuera, con la desaparición de las ideologías y la disminución de oportunidades para los países no industrializados, cuyos recursos se esfuman con la corrupción interna y externa. Según Mahatma Gandhi: “No hay caminos para la paz. La paz es el camino”.