JAVIER A. BARRERA B. | El Nuevo Siglo
Viernes, 27 de Septiembre de 2013

Alianzas vs. ideologías

Hace poco oí en una charla que los partidos estaban mandados a recoger. Esto lo decía un elector promedio, de aproximadamente 30 años, quien defendía que lo importante eran las figuras y no las ideologías. Concluía su argumento diciendo: “las ideologías no existen”. Sospecho que de ahí nuestro amor por los caudillos. Personalmente no creo que el problema sea la ausencia de ideología sino la ausencia de política, o la presencia de una mala política. Me pregunto yo ¿cómo es posible que las personas se puedan sentir cercanas a un movimiento político en Colombia, cuando la lógica de sus acciones depende de los favores recibidos y no del norte al que  se apunta?

Comencemos por el Partido Liberal que declara orgulloso un renacer, una renovación, un nuevo aire en su interior. Dirigido todo por la respetable, pero no cuestionable, influencia de Horacio Serpa. Un político que más allá de sus valores, no puede representar el cambio. En términos sencillos, que los liberales vendan a Serpa como renovación es algo similar a que Renault relanzara el R-4 y nos dijera que es el auto del futuro.

Por otro lado están los verdes. Primero era el partido perdido de algunos políticos de Boyacá, luego fue recipiente de 3 exalcaldes de Bogotá, después se alió con Álvaro Uribe… incluidos sus representantes independientes y de izquierda, y ahora se convierte en la vaca lechera de Petro y de Navarro.

Está también la U. Partido que se fortaleció bajo la figura del expresidente Uribe, se olvidó de sus principios cuando fue imposible la reelección y ahora está con Santos. Sin embargo, también piensa en Vargas Lleras quien desde Cambio Radical ha apoyado a personas como al gobernador de La Guajira y al Presidente actual. También la renovación de la lista de Uribe quien, en serio, se tuvo que quedar sin mermelada para pensar hacer un ejercicio político y no burocrático. Renovación a medias, porque en sus filas lo que hay es herencia de político tradicional, una lista que, con todo respeto: huele a rancio, huele más a herencia que a logro.

Me pregunto si nuestros políticos creerán que en serio trabajan por el país y no por unos intereses particulares. No hay que ser un genio para ver que todos los partidos políticos tienen sus afectos en una misma bolsa, Dios y el diablo en la misma billetera. Autómatas que bailan al son del que mejor les pague. Nadie cree en los partidos, porque ninguno es consecuente ni ofrece elementos con los que la gente se pueda identificar. Dicen que el problema entonces es la falta de ideologías, yo creo que es la falta de disciplina política.

@barrerajavier