Conocí a Jorge Cárdenas hace muchos años y profundicé más en él cuándo me nombraron embajadora en Costa de Marfil, en 1994. Siempre lo he visto como un hombre prudente, brillante intelectualmente, con una memoria sorprendente, afectuoso, el mejor escucha y sobre todo un leal amigo. Todas estas cualidades le permitieron sobresalir como un gran líder nacional, con una visión prospectiva en los negocios.
Con mi designación, lo primero que hice fue buscarlo para que me orientara en mi labor, dada la importancia cafetera de Costa de Marfil. Me sugirió aprender sobre el sector y para ayudarme en mi desempeño le pidió a Juan Camilo Restrepo, importante dirigente y conocedor del gremio, que me ayudara, sobre la historia, sistema de cuotas y demás. Así, pude entender más íntimamente los lazos estrechos entre estos dos países. Este aprendizaje fue vital en mi desempeño. Jorge Cárdenas además me sugirió tomar un curso que ofrecía la Federación sobre la preparación del café, para que me luciera con experticia en mi representación diplomática. Sus envíos de nuestro café me ayudaron a sobrellevar mi labor, ya que el ivoriano era muy fuerte.
Después de haberme ido, mi primer contacto con este país fue con el ministro Gauze, cercano amigo de Cárdenas, quien manejaba la “Caisse de Stabilization”, encargada desde los 70 de ser un modelo de éxito en la exportación y mercadeo del café y cacao ivoriano, a través del manejo y ayuda a los agricultores. Costa de Marfil utilizó el modelo implementado por Cárdenas con las cooperativas, que ayudaba a mejorar el nivel de vida de los agricultores y a desarrollar la infraestructura de toda la zona cafetera. Mi relación con Gauze fue excelente, esto me permitió mantener un contacto de país en lo relativo al negocio y su importancia internacional. Sin duda alguna, el mejor embajador en esta materia fue Jorge Cárdenas, quien influyó sobre el presidente Misael Pastrana Borrero, para que se abriera una embajada allí, que permitiera estrechar la alianza entre estos dos países cafeteros. Su posterior cierre fue un gran error estratégico.
Jorge Cárdenas nació en agosto de 1930 en Medellín, siendo el primer varón de una reconocida familia antioqueña. Desde pequeño mostró sus dotes de líder, aunados a su amabilidad y carisma. Desde joven por el influjo de su madre se interesó por la política conservadora y desde entonces, ha sido un gran militante de este partido. Ayudó a Mariano Ospina Pérez a llegar a la presidencia, lo que le permitió mirar de cerca las complejidades de la administración pública. Le atrajo el carisma y oratoria de Álzate Avendaño. Fue cercano a Misael Pastrana, quien lo confirmó en su cargo como presidente de la Federación de Cafeteros y su labor fue definitiva en las finanzas del país. Fue amigo personal de Belisario Betancur, quien lo trató con admiración y cariño. A su vez, fue cercano de Alberto Lleras y Carlos Lleras Restrepo.
Estudió abogacía en la Universidad Javeriana y sacó una maestría en Administración Pública en la Universidad de Siracuse en New York, e hizo un curso en Desarrollo Económico en el Banco Mundial en Washington. Siendo estudiante y a través de un artículo que explicó el modelo del Icetex propuesto por Gabriel Betancur Mejía en un congreso estudiantil, ayudó a que el presidente Urdaneta Arbeláez creyera y optara por crear dicha institución, que tanto ha ayudado a los universitarios colombianos. Se casó en 1956 con Cecilia Santa María Botero, de este matrimonio nacieron Patricia, Jorge Hernán, Mauricio y Eduardo. Todos sobresalientes en el campo diplomático, político, académico y empresarial del país.
Su paso por diferentes e importantes cargos, incluyendo Ecopetrol, le dieron la experiencia para manejar de forma impecable y profunda el sector cafetero. Su vida está íntimamente ligada a la historia y desarrollo del este importante sector. Las bases que sentó son las que han ayudado al éxito de esta industria y su ejemplo es definitivo las nuevas generaciones del país.