![VELASQUEZ IVAN](/sites/default/files/2025-02/06ai%20informe%20sobre%20c%C3%B3mo%20le%20fue%20a%20pol%C3%ADtica%20de%20seguridad%2C%20a%20prop%C3%B3sito%20de%20renuncia%20de%20ministro%20de%20Defensaaaaa%2012%20feb.jpg)
LA RENUNCIA irrevocable del ministro de Defensa, Iván Velásquez, si bien era previsible por el remezón ministerial que se presenta, se da en medio de una aguda crisis de seguridad por situaciones como el Catatumbo con cerca de 60.000 desplazados por la violencia generada por el Eln, así como la afectación a la población en el Cauca y Chocó por el accionar de grupos armados, entre otras, que dejan en entredicho la política de seguridad y orden público en los dos años y medio de gobierno.
También hay que mencionar que el flagelo de las masacres sigue rampante, el año pasado se registraron 76 con 267 víctimas, mientras que en lo que va del presente van 9 homicidios colectivos que dejan 24 muertos, según cifras de Indepaz (Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz); y en el actual Gobierno han crecido en integrantes y se han extendido a más regiones organizaciones como el Eln, las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo.
En las zonas urbanas el principal fenómeno delincuencial es la extorsión a comerciantes y ciudadanía en general, así como se mantiene con alta incidencia.
El presidente, el domingo anterior pidió la renuncia protocolaria a todos los ministros con el fin de definir con quiénes afrontará el último tramo de gobierno, tras el tormento consejo de ministros de la semana pasada, marcado por las críticas del presidente a varios titulares de cartera y por los enfrentamientos de un grupo de ellos con el nuevo jefe de despacho Armando Benedetti y la canciller Laura Sarabia.
La mayoría de ministros presentaron renuncia protocolaria, pero otros como Iván Velásquez fue irrevocable.
No hubo estrategia
Varios de los expertos consultados coinciden en que en términos generales la crisis de seguridad y de orden público que sufre el país se debe a que no ha habido una estrategia clara en esta materia por parte de la Administración Petro.
Incluso para el mayor general (r) José Forero Montealegre, presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes en Retiro de las Fuerzas Militares de Colombia, no existe una estrategia.
“Mi opinión es que no hubo ninguna estrategia, ese es el mayor problema que el presidente tenía una muy buena idea de la paz total, sacó unos decretos en diciembre del año 2022 inconsultos, sin ninguna estrategia, y pues obviamente llevó a que se pudieran fortalecer los grupos al margen de la ley narcoterroristas porque viven del narcotráfico y la minería ilegal y aterrorizan al pueblo colombiano, y el Gobierno llevó a que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional no tuvieran el campo de acción y se perdiera el control del territorio”, explicó.
El mayor general (r) José Forero considera que la política de paz no es la culpable de la crisis de seguridad, sino la falta de una estrategia para que la Fuerza Pública pudiera operar efectivamente a la par que el Gobierno llevaba a cabo las conversaciones con los grupos armados.
“Es que la paz no es un nombre, eso conlleva a que se haga una serie de actividades que deben estar enmarcadas dentro de una estrategia para que realmente podamos llegar a ese objetivo final que es la paz”, indicó Forero.
El mayor general (r) Forero dijo que el primer reto que debería ponerse el próximo ministro de defensa es “recuperar la confianza de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional”.
Hay que reconstruir inteligencia
Ariel Ávila, actual senador y quien también se ha desempeñado de investigador en temas como el conflicto armado, dijo que “nunca se reconstruyó la estrategia de la inteligencia de las Fuerzas Militares, fue desmantelada después del escándalo de las carpetas en el gobierno Duque. Entonces la inteligencia militar hoy es prácticamente inexistente. La forma más idónea de combatir organizaciones criminales es esa, y no existe”.
Añadió que “lo segundo es que no hay una estrategia clara de combate al crimen. Se acabaron las fuerzas de tarea, pero no hay una lógica diferente, nueva, sino que es como volver a la antigua estrategia de brigadas territoriales. Entonces lo que siento es que no han logrado encontrar un tema de estrategia militar”.
Agregó Ávila que en lo urbano el plan de vigilancia por cuadrantes de la policía “llegó a su tope, eso tiene que modificarse, y por eso la crisis de seguridad urbana. Señaló que también hay un problema “de plata, de recursos, y es que no hay cómo mantener el tren de la tropa, y el Gobierno tiene que hacer ahí un esfuerzo muy fuerte”.
Sobre el entrante ministro, el senador Ávila recalcó que “milagros no se hacen en materia de seguridad, pero sí creo que el tema de la inteligencia es en lo que tendría que enfocarse”.
Debilitaron Fuerza Pública
Carlos Chacón Monsalve, director ejecutivo en el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP) y magíster en seguridad y defensa, dijo que “desafortunadamente la política de paz total descuidó la estrategia de seguridad y de protección a la población civil. No se integró una estrategia de negociaciones y diálogos acompañada de una estrategia de despliegue de la Fuerza Pública para garantizar que los grupos criminales no se fortalecieran en capacidades y en presencia territorial”.
Además, dijo, “el gobierno Petro sistemáticamente ha debilitado las capacidades de la Fuerza Pública, ha disminuido los recursos necesarios para que la Fuerza Pública tenga los medios para enfrentar todos los fenómenos criminales que hay en distintas regiones del país”.
Chacón señaló también que no se están viendo esfuerzos por desarticular estructuras e “indudablemente el deterioro de las condiciones de seguridad es evidente y habla de la mala gestión del Ministerio de Defensa en responder al nivel de amenaza que tenemos con distintos grupos criminales, llámense disidencias, Eln, Clan del Golfo o grupos delincuenciales que operan en el país, tanto en los entornos rurales como urbanos”.
Por ello dijo que la situación que se vive en seguridad y orden público en Colombia es consecuencia “de la política mal diseñada, una política que privilegió las negociaciones, los ceses al fuego y las prerrogativas a los grupos criminales; y por el otro lado, la gestión del ministro que debió haber peleado los recursos, debió haber desplegado una estrategia para responder a esas dinámicas de violencia en los territorios, en particular en aquellos en donde se estaban concediendo ceses al fuego que estaban siendo utilizados por los grupos para fortalecerse”.
Enfatizó que “el Ministerio debió haber tenido unas estrategias definidas para evitar que al tiempo que avanzaban las negociaciones, los grupos se fortalecieran; y además el ministro no peleó por los recursos necesarios para que en el presupuesto se invirtiera en el fortalecimiento y capacidades”.
Se salvó de moción de censura
El ministro de Defensa Iván Velázquez afrontó tres mociones de censura que fueron negadas: en mayo del 2023 en la Cámara, en marzo del 2024 en la plenaria del Senado y en junio de ese año en la Cámara.
En tanto que por la renuncia de Velázquez quedó en el papel la solicitud de moción de censura que radicó en enero pasado el Centro Democrático por la crisis humanitaria y de seguridad en el Catatumbo, que presentó el representante José Uscátegui.