JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Agosto de 2012

¿Improvisación y tirada de toalla?

 

Independientemente  del contenido de la propuesta y de su carga de profundidad, es bueno analizar las razones que dieron origen a la idea del Alcalde Mayor de crear centros de drogadicción bajo control en Bogotá.

La primera razón que encontramos es el interés de propiciar un debate nacional que promueva la prevención, rehabilite con dineros del Estado a quien lo solicite y disminuya el daño que produce el consumo de drogas. Quedan dos sensaciones, de un lado extrañeza por cuanto un debate como este debiese darse en el Congreso de la Republica y no en un ente que ni siquiera será capaz legalmente de lograrlo. Descontando claro el tropiezo de constitucionalidad que tiene el Procurador. Pero de otro lado, da la sensación que facilitar el consumo de drogas no parece el camino lógico para lograr su prevención. Por el contrario, suena más cercano a una nueva motivación para propiciar el consumo como lo señala el director de la Corporación Nuevos Rumbos, entidad experta en la materia.

Respecto del daño que produce el consumo de drogas, un argumento esgrimido es que proveerlo en centros especializados disminuiría el delito. El planteamiento supone que se acabarían las famosas ‘ollas’ de consumo y microtráfico que existen en Bogotá y por ende habría menos criminalidad. Para sustentar lo anterior se esgrimen los resultados de una encuesta que le pregunta a la gente si cree o no que exista una relación entre droga y delito a lo cual un 50 por ciento dice que sí. Con todo respeto, el argumento es ingenuo, y la justificación en la encuesta aún más. ¿Quién no cree que drogas y delito tengan relación? Lo cual no puede llevar a la conclusión de que el delito en Bogotá dependa de este microtráfico. Es posible que sea una razón menor, pero parece más atinado decir que el delito es obra de grandes mafias de robo de vehículos, vivienda y más, que de los señores que viven en el Bronx de Bogotá.

Al final la sensación que queda es la de una propuesta salvavidas que tire las encuestas al alza como otras más de impacto minúsculo y populismo mayúsculo (toros, holding de servicios públicos y similares). Deja entonces un nuevo sabor de improvisación que es peligrosísimo para una ciudad que pretende ser competitiva. Adicionalmente queda uno con sensación de “tirada de toalla” con el problema del consumo de drogas. Hubiese esperado uno propuestas más completas y coherentes para manejar un tema social tan delicado. ¿Cuántos padres de familia no quedaron entre preocupados y desmotivados, cuando se les dice que para reducir el consumo potencial de droga entre sus hijos, la mejor salida es invitarlos a espectaculares centros de prueba, financiados por el gobierno distrital? A muchos no les cuadra todavía la película, o por lo menos falta mucho de justificación.

Pueda ser que la política pública distrital fuese menos “show”, menos improvisación y menos rendirse ante las reales necesidades de la ciudad.

Jrestrep@gmail.com