JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 8 de Marzo de 2012

Capitalismo guiado exitoso

Acierta la Canciller del gobierno Santos, cuando hace una visita recientemente a los países del sureste de Asia. Puntualmente lo hizo a Japón y Vietnam, a lo cual habría que agregar Indonesia, Malasia y Singapur.
Y digo que acierta por cuanto los milagros económicos de esos países se convierten en referentes inevitables de cómo es posible lograr crecimiento y desarrollo en poco tiempo y con muy escasos recursos disponibles, basado en la educación, en la equidad, en la inversión de infraestructura, en la innovación y en el desarrollo científico y tecnológico.
Tuve la oportunidad de visitar recientemente uno de esos milagros: Singapur. Una nación del tamaño poblacional de Bogotá, con el 0,6% de la superficie de Colombia, pero que multiplica por más de siete nuestro ingreso per cápita, y logra una cifra muy cercana al total de producción de Colombia. Una nación que en 36 años ha multiplicado por 100 su producto por persona y prácticamente eliminado la pobreza.
La razón más importante para estos logros, ha sido la ejecución de una Democracia y un Capitalismo Guiado, por oposición a aquella concepción de capitalismo y democracia que tenemos en nuestros países. Eso ha significado un sistema político y económico basado en la preponderancia de los intereses nacionales por encima de los intereses particulares, la definición y cumplimiento riguroso de agendas nacionales de largo plazo, la preocupación por la visión de futuro de Estado, la responsabilidad, la disciplina y el orden, la libertad con condiciones que eviten que ella se transforme en un fetiche, un rol mucho mas activo de un gobierno sólido y fuerte que toma decisiones sin tanta consulta y que actúa, la existencia de partidos políticos dominantes que evitan tanta negociación innecesaria y desgastante y finalmente el evitar que las decisiones sean de las minorías que imponen su ley en contra de la propias mayorías.
Como ejemplos, a diferencia de nuestro modelo democrático en el que el voto es voluntario, en Singapur el voto es obligatorio por cuanto es justamente el camino a construir democracia. A diferencia nuestra, los cargos públicos son mejor remunerados que el sector privado, lo que garantiza el mejor talento en el gobierno y promueve políticas ambiciosas que construyen una nueva nación en 10 años sin tanta intervención de las “ias” colombianas que terminan frenando las decisiones de los servidores públicos por el temor a sus abusos en muchos casos. Eso sí, la corrupción es severamente castigada incluso con dolorosos golpes con una caña o prisión a muchos años.
Viendo el modelo Singapur se pregunta uno si los modelos de puro capitalismo o democracia excesiva, debiesen ser el camino a adoptar o si, por el contrario, podríamos explorar opciones distintas en las que más orden y una intervención más inteligente del Estado, pudiesen ser más efectivas.
Lo que está claro es que en el mundo quienes crecen son estos capitalismos guiados, mientras que el resto se hunden en crisis financieras, económicas y de gobernabilidad.
Jrestrep@gmail.com